Cuando falta poco para el triunfo del Lula y su Partido de los Trabajadores en Brasil, y después del sorpresivo ascenso del populista Lucio Gutiérrez en Ecuador que pasó a la segunda vuelta en primer lugar de votaciones, los vientos de cambio siguen soplando en América latina: si los comicios presidenciales en Uruguay para el 2004 se adelantaran para este domingo, la coalición izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA), liderada por Tabaré Vázquez, ganaría con el 54 por ciento de los votos, frente al oficialista Partido Colorado con 16,5 por ciento, según una encuesta de People’s Tendencies que publicó el diario La República.
El resultado de la encuesta, realizada entre el 15 y 23 de octubre últimos con 1.230 entrevistas muestra que el centroderechista Partido Nacional, socio del Partido Colorado en la coalición de gobierno, obtendría un 13,5 por ciento de votos, y el centroizquierdista Nuevo Espacio un 1 por ciento. Además, un 8 por ciento de los entrevistados dijo que aún no está definido, un 5 que anularía su voto, y el 1 por ciento no supo o no quiso responder. El margen de error de la encuesta es del 2 por ciento. Todo esto representa un ascenso para la izquierda respecto de otro sondeo realizado por la misma consultora en agosto, que había revelado que EP-FA, la mayor fuerza opositora al gobierno de Jorge Batlle, accedería por primera vez a la presidencia y sin necesidad de ballottage con el 51 por ciento de los votos frente al 19 por ciento de los colorados y el 13 por ciento de los blancos.
Para People’s Tendencies, el crecimiento de la izquierda “se debe fundamentalmente a factores motivacionales, debido a la profunda crisis estructural del país, que ha generado una gran desilusión y pérdida de confianza en algunos sectores sociales”. La izquierda ha crecido sostenidamente, según la encuestadora, desde junio de 2002, cuando obtenía un apoyo del 43,5% de los consultados y agosto último, cuando recibía el respaldo del 51,5% de los entrevistados. “Este no es un movimiento de ideas, sino de sensaciones, de sentimientos en común, que no toma en cuenta estrategias electorales ni programas de gobierno, ni evalúan las figuras ni los candidatos partidarios”, destacó People’s Tendencies.
La consultora añadió que esto constituye “la confirmación de un proceso de consolidación del crecimiento de la frustración y el fin de la paciencia de un sector de uruguayos”.
Hay factores que saltan a la vista en el balance negativo de la política que viene llevando adelante el gobierno de Jorge Batlle, con las medidas neoliberales que implementó su ex ministro Alberto Bensión, el mismo que presentó su renuncia en medio de la suspensión forzada de cuatro entidades bancarias al borde de la bancarrota. Uruguay viene atravesando una grave crisis de su sistema financiero: entre el 30 de julio y el 5 de agosto los bancos uruguayos permanecieron cerrados y hasta hubo temores de que hubiera un tapón a la salida de capitales como el corralito de su vecino, sumado al temido efecto Tango. La oposición ha rechazado que Batlle apurara sus políticas. Tabaré Vázquez destacó que “no cabe duda de que hay que cambiar rápidamente”, porque “la mayoría de los uruguayos dice que la política económica no está bien en lo esencial”.