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› WASHINGTON ESTUDIA AMPLIAS SANCIONES CONTRA LOS PALESTINOS
Arafat en la cuenta regresiva
George W. Bush se declaró ayer “decepcionado” con el líder palestino Yasser Arafat y su gobierno estudia una amplia gama de opciones que llegan hasta la ruptura de relaciones. El vuelco es el resultado de las investigaciones sobre el contrabando de armas que Arafat autorizó tras ordenar un cese del fuego.
Estados Unidos está decidido: Yasser Arafat va a saber lo que es estar solo. Y eso no es todo. El gobierno de George W. Bush dijo que está considerando un “amplio rango de opciones”, incluyendo el cierre de la representación palestina en Washington, la ruptura de relaciones con la Autoridad Palestina y la inclusión de Fuerza 17, la guardia de seguridad personal de Arafat, en su lista de grupos terroristas. Estas medidas, entre otras, fueron estudiadas ayer por el mandatario y su equipo de seguridad nacional para definir el cambio de política y las sanciones hacia la AP por no evitar los ataques de los grupos extremistas palestinos. Las declaraciones de Bush fueron terminantes: “Estoy decepcionado con Yasser Arafat”, aseguró. El representante de la OLP en Washington, Hassan Abdelrahmán, no tardó en contestar: “Lamentamos esta posición estadounidense que deja patente un alineamiento total con el punto de vista israelí”.
Hasta hace pocos días, Estados Unidos se limitaba a secundar la postura cada vez más dura del gobierno israelí hacia Arafat. Pero el martes, Ari Fleisher, el vocero de la Casa Blanca, ya dijo que Bush “comprendía las razones” por las que Israel mantenía en virtual arresto domiciliario a Arafat, en la ciudad cisjordana de Ramalá, y ayer, ante la continuidad de los ataques por parte de extremistas palestinos y la responsabilidad de Arafat en el contrabando de armas del buque Karine A el 4 de enero, el presidente norteamericano tomó una postura abiertamente crítica hacia el jefe palestino. “Ordenar armas que fueron interceptadas en un barco que se dirigía hacia esa parte del mundo no es parte de la lucha contra el terror –explicó Bush– y, obviamente, eso es una intensificación de la violencia.” “Por ello, estamos decepcionados con él”, agregó ayer Bush desde la ciudad de Portland, en el estado de Maine. Este giro podría implicar que Bush le ordene a su negociador en Medio Oriente, Anthony Zinni, que suspenda sus esfuerzos de paz, en claro rechazo a los reiterados pedidos de Arafat para que Zinni vuelva a la región.
A los dichos de Bush se sumaron los del secretario de Estado norteamericano Colin Powell, quien instó a Arafat a tomar acciones fuertes para poner “el terrorismo bajo control” durante la comunicación que ambos mantuvieron el miércoles pasado. Ayer, Powell confirmó que su país está revisando la política a tomar hacia los palestinos. “Estados Unidos tiene una amplia gama de opciones disponibles, de carácter político y diplomático”, sostuvo. Como respuesta, el consejero de Arafat, Nabil Abu Rudeina, consideró que de romperse las relaciones entre Estados Unidos y los palestinos, habría un “terremoto regional”. “Estados Unidos debería sancionar a los israelíes a partir de las acciones militares con que atacan a los palestinos”, sostuvo Rudeina. Y el representante de la OLP en Washington, Abdelrahman aseguró: “Si Estados Unidos avala el proyecto de Sharon, encaminado a hacer estallar el proceso de paz, eso quiere decir que apoya el camino de la violencia y de la tensión y no de la paz”.
Bush se encontró ayer con sus asesores tras enviar una carta a Jordania, Arabia Saudita y Egipto. La carta detallaría las pruebas que permiten aseverar que la Autoridad Palestina estaba detrás del contrabando de armas del “Karine A”. Asimismo, el secretario de Estado adjunto, William Burns, llamó a los embajadores de más de 20 países árabes para que reciban el mismo mensaje.
La captura por Israel del barco “Karine A” cargado de armas ejemplifica el cambio de postura de Washington, que inicialmente no tomó una posición terminante sobre el tema. Sin embargo, de acuerdo a una investigación citada por el New York Times el pasado día 10, el capitán del barco dijo haber mantenido con Arafat una conversación telefónica en diciembre, luego de que Arafat ordenara un cese del fuego, y agregó que se había sorprendido de que el líder palestino no cancelara la orden del envío de armas.
Entre otras cargas, el “Karine A” llevaba 1500 kilogramos del poderoso explosivo C-4, que hubiera aumentado exponencialmente el número de víctimas de los atentados suicidas contra Israel.
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