Lun 16.03.2009

EL MUNDO  › POR PRIMERA VEZ EN VEINTE AñOS EL PAíS CAMBIó DE SIGNO POLíTICO CON EL TRIUNFO DEL FMLN

Ganó la izquierda en El Salvador

“El pueblo demostró hoy que está preparado para la alternancia”, dijo Mauricio Funes. Escrutado el 90 por ciento de los sufragios, su partido se impuso con el 51,2 por ciento de los votos ante el oficialista Arena (48,7%).

En El Salvador, se terminó la hegemonía de la derecha. Por primera vez en la historia de este país, la izquierda conquistó el poder. Con el 90 por ciento de las mesas escrutadas, al cierre de esta edición el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) contaba con el 51,20 por ciento de los votos frente a un 48,70 por ciento cosechado por Arena, la coalición de derecha que gobernó al país los últimos 20 años. “El pueblo demostró hoy que está preparado para la alternancia”, dijo un eufórico Mauricio Funes, el candidato del FMLN, declarándose presidente electo. De este modo, la ex guerrilla de izquierda llegó ayer al poder a través de las urnas. Funes, el periodista, venció a Rodrigo Avila, ex director de la Policía Nacional.

Y es que si bien las encuestas indicaban que ambos candidatos tenían las mismas chances de ganar, el empate no se permite en estos casos. La balanza se inclinó. La izquierda ganó. La jornada electoral comenzó a las siete de la mañana. El folklore se desplegó y rápidamente los centros de votación se vieron abarrotados de puestos de venta de comida. El aroma que copó las calles fue el de las tradicionales pupusas –tortillas de maíz rellenas de frijoles, carne de cerdo o queso–, así como todo tipo de bebidas frutales, excepto, claro, las alcohólicas, prohibidas por la veda.

Rosibel Hernández, una viuda que ofrecía a 25 centavos de dólar dos tortillas acompañadas con pescados fritos, votó por el Frente y pidió que se le de una chance de gobernar.“Es necesario para este país darle una oportunidad al Frente, porque ya son 20 años de Arena”, explicó. Y precisó sus deseos. “Si gana Funes le pediré una casa mejor, que no haya delincuencia y trabajo para mis hijos.”

Por el contrario, Georgina Hernández, una enfermera vestida con una camisa con el rostro de Rodrigo Avila, apostó por la continuidad. “Así estamos bien. No quisiera que vengan otros a gobernar. El Salvador tiene que seguir como hasta ahora”, remarcó.

A su vez, los salvadoreños con residencia en el exterior pudieron votar por primera vez en su país de origen. Jorge Alberto Tejada, de 39 años, llegó para votar al FMLN desde Arlington, Virginia. “Vine a votar por el FMLN porque debemos ayudar a mejorar el país, así nuestros hermanos salvadoreños no tienen que buscarse un futuro lejos de su patria, que eso es bien duro”, precisó.

Pasado el mediodía, los cómputos indicaban que el 36,7 por ciento de los 4,3 millones de salvadoreños ya habían pasado por las urnas. Al menos así lo habían hecho los principales protagonistas.

Elías Antonio Saca, presidente saliente de la coalición gobernante de derecha, pidió a sus compatriotas que acudan a votar masivamente en un ambiente de fiesta, declarándose confiado en el triunfo de su partido. “El país está caminando en democracia y nadie va a detener este proceso. Este es un día para celebrar”, afirmó.

Sin embargo, el candidato oficialista fue más prudente, al señalar que cualquier escenario era posible. “Uno tiene que prepararse para cualquier resultado, de manera madura y responsable”, advirtió Avila, el dos veces ex director de la Policía Civil.

El opositor Mauricio Funes se mostró más optimista al momento de emitir su voto. “Esperen los resultados con mucha tranquilidad, vamos a ganar esta elección, no cabe ninguna duda”, aseguró a sus seguidores cerca del mediodía. No obstante, Funes denunció que el oficialismo no habría respetado los tiempos de la campaña electoral, y que ciudadanos de otros países vecinos habrían sido movilizados para votar por el partido gobernante. “Arena continuó haciendo propaganda después de terminada la campaña. Además, ha movilizado a ciudadanos guatemaltecos, nicaragüenses y hondureños,a los que habilitó para votar ilegalmente a favor de su candidato”, disparó.

No obstante, Oscar Luna, procurador para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, destacó la normalidad de la votación. “Estos comicios se están llevando a cabo en un clima de perfecta transparencia y sintonía democrática. Hubo algunos incidentes, sí, pero aislados”, señaló. Entonces cayó la tarde. Se hicieron las cinco y las mesas cerraron en tiempo y forma. Los votos comenzaron a contarse. La tensión se desató. Pero cuando apenas dos horas después comenzaron a filtrarse pronósticos favorables a Funes y, a pesar de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) todavía no había ofrecido datos oficiales, las calles se empezaron a desbordar. La militancia del FMLN comenzó a lanzar fuegos artificiales, sonaron las bocinas de los autos y muchos balcones de la capital empezaron a vestirse con las banderas de la ex guerrilla de izquierda. Luego todo fue una fiesta y El Salvador se tiñó de rojo.

El viernes de la semana pasada, Tom Shannon, responsable para América latina del Departamento de Estado norteamericano, había asegurado que Estados Unidos respetaría el resultado de las elecciones y trabajaría con el ganador, independientemente de su credo político. Todo indica que ahora, Washington deberá negociar y lidiar con los ex guerrilleros a quienes tanto combatió durante la década del ’80. “El pueblo salvadoreño ha exigido un cambio. Estamos empezando una nueva etapa de nuestra historia. Un partido de izquierda gobernará El Salvador. La democracia se ha fortalecido. Se terminó la intolerancia. Viva la democracia”, clamó Mauricio Funes, presidente electo.

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