Mié 15.04.2009

EL MUNDO  › DIJO QUE OBAMA NO TIENE LA CULPA POR EL PASADO, PERO PIDIó EL LEVANTAMIENTO DEL EMBARGO A LA ISLA

Fidel saludó el fin de las restricciones

El histórico líder de la Revolución consideró positiva la decisión de Washington de permitir viajes y envíos de remesas ilimitados a Cuba, pero también exigió un cambio de actitud más profundo, empezando por la política migratoria.

La voz de Fidel se oyó desde La Habana para saludar el anuncio de Obama. Voceros del presidente estadounidense habían anunciado anteayer el fin de las restricciones para viajar y mandar dinero a Cuba. “La medida de aliviar las restricciones a los viajes es en sí positiva”, señaló el mayor de los hermanos Castro desde las páginas del diario oficial Granma. “Aunque mínima”, advirtió, en lo que fue hasta ahora la única reacción oficial a la decisión adoptada el lunes por el mandatario estadounidense que apareció en los medios cubanos.

El histórico líder de la Revolución dedicó buena parte de sus líneas a exigir el fin del embargo impuesto contra Cuba, así como un cambio de actitud más profundo de parte de Washington hacia la isla.

“Del embargo, que es la más cruel de las medidas, no se dijo una palabra”, lanzó Fidel, para insistir en que el anuncio de Obama debe ser la primera de otras señales positivas de parte de Washington.

En especial, el ex presidente de Cuba fustigó la política migratoria de Estados Unidos hacia su país, la cual, según él, buscó desde su inicio y continúa buscando incentivar la migración de los cubanos, al ofrecer la ciudadanía norteamericana y otras prebendas a todos aquellos que lleguen a suelo estadounidense, legal o ilegalmente, caso único en ese país.

“Hacen falta muchas otras medidas, incluida la eliminación de la Ley asesina de Ajuste Cubano, que se aplica exclusivamente a nuestro país en el mundo. Nos gustaría que se respondiera a la pregunta de si los privilegios migratorios utilizados para combatir la Revolución Cubana y despojarla de recursos humanos se concederán también a todos los latinoamericanos y caribeños”, ironizó Fidel.

A su vez, el viejo líder recordó históricas agresiones de parte de Washington, exigiendo una rectificación que, según él, nunca llegó.

“Hace 48 años, fuerzas mercenarias al servicio de una potencia extranjera invadieron a su propia patria, escoltadas por la escuadra de Estados Unidos. El artero y sorpresivo ataque de Girón nos costó más de 150 vidas y centenares de heridos graves. Esa fecha no puede ser olvidada. ¿Existe alguna declaración donde se prometa que nunca más se va a repetir tal acción de forma directa o a través de los propios ejércitos?”, se preguntó Castro, y advirtió que mientras Estados Unidos no pidiese perdón y reconociese públicamente estos actos, el resto de los países de América latina corrían el mismo peligro de verse invadidos por el país del Norte, o bien sufrir la intromisión de éste en sus asuntos internos.

Sin embargo, Fidel dejó en claro que no responsabiliza a Obama por el largo listado de conflictos en la relación bilateral, aunque advirtió que el estado actual de la situación puede volver a retroceder cuando el presidente estadounidense haya terminado su mandato.

“No deseamos lastimar a Obama en lo más mínimo, pero él será presidente durante uno o dos períodos. No tiene responsabilidad por lo ocurrido y estoy seguro de que no cometería las atrocidades de Bush. Tras él, sin embargo, puede venir otro igual o peor que su antecesor. Los hombres pasan; los pueblos perduran”, razonó, para concluir otorgándole a Obama el mérito de haberse comprometido con uno de los grandes problemas que, según Fidel, aquejan a la humanidad: el cambio climático.

Mientras tanto, en las calles de La Habana se respiraba un clima de profundo optimismo con respecto al futuro de la relación bilateral. En entrevistas, los consultados ni siquiera mostraban las reservas que expresó Fidel Castro a la hora de elogiar la decisión de Obama.

“Ya era hora. Es buenísimo que los cubanos puedan viajar a su tierra cuando lo deseen y apoyar económicamente a sus familias, el negrito (Obama) parece de ley, está cumpliendo todo lo que prometió”, festejó Rolando González, un trabajador agrícola de 53 años.

Ada Rodríguez, una cubanoestadounidense de visita en la isla, coincidió con las palabras de su compatriota en cuanto a las intenciones de Obama, y señaló que ahora espera una reacción positiva de parte de las autoridades en la isla. “Obama desea realmente mejorar las relaciones, pero hace falta que Cuba sea receptiva y que también haya cambios aquí”, opinó Rodríguez desde el aeropuerto José Martí en La Habana.

El consenso en la aceptación de la medida fue tan amplio que hasta sumaron su apoyo los líderes de la comunidad cubana anticastrista que reside en Miami. “Los cubanos tienen derecho a viajar a su país”, esgrimió Orlando Gutiérrez, portavoz del Directorio Democrático Cubano.

También hubo elogios de la comunidad internacional. Jack Lang, ex ministro socialista francés de Cultura y actual enviado especial de Nicolas Sarkozy para Cuba, fue de los más optimistas. “Se puede esperar que, en un plazo no muy lejano, el embargo que desde hace mucho tiempo asfixia al pueblo cubano pueda anularse”, afirmó.

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