EL MUNDO › AUNQUE ADMITIó ROCES CON SU VICE, DIJO QUE SU PATERNIDAD NO AFECTA LAS CUESTIONES DE ESTADO
El mandatario dijo que es una persona imperfecta y un emergente de su cultura. Prometió hacerse cargo de sus hijos y decir siempre la verdad sobre el tema, pero fue enfático al garantizar la gobernabilidad de Paraguay.
El presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, pidió ayer perdón por el escándalo causado por las demandas presentadas por mujeres que dicen haber tenido hijos con él, pero aseguró que piensa cumplir los cinco años de mandato.
“De ninguna manera permitiré que estas circunstancias afecten en lo mínimo acciones de interés nacional, el ejercicio de los grandes planes y proyectos que marcan el paso de un Paraguay soñado por todos y todas”, afirmó Lugo, de 58 años, en una rueda de prensa. El presidente, que en diciembre del 2006 renunció a ser obispo de San Pedro, en el centro empobrecido de Paraguay, afronta tres demandas de paternidad. Lugo pidió perdón a sus conciudadanos y les aseguró que su versión “será siempre la verdad” y que asumirá todas las responsabilidades que le correspondan. “Yo, persona humana imperfecta, fruto de procesos históricos, perfil de mi cultura, asumiré con todas las responsabilidades presentes y futuras aquellas situaciones que me conciernen, no sólo con la actitud de respeto a la Justicia o la verdad, sino con la multiplicación de afecto y atención”, afirmó. El gobernante, que reconoció la semana pasada como su hijo a un niño de casi dos años y afronta otras dos denuncias de paternidad, dijo que ha decidido responder a esta situación con prudencia. “No es lo mismo que ocultar información o eludirla,” agregó. En cuanto a las chanzas y burlas que han motivado el escándalo en la prensa y en la población, el jefe de Estado señaló que la caracterización que se hace de su persona no se ajusta a su actitud, según él, “siempre dispuesta a servir y compartir”.
Sostuvo además que se trata de un tema de su vida privada, y por lo tanto no forma parte de la esfera pública. “La confesión la hago con mis confesores”, señaló el ex obispo, al que el Vaticano redujo al estado laico en julio de 2008. “En todo lo que haga, que atañe a mi vida privada, en estos espacios serán administrados estrictamente siguiendo tres criterios: la colaboración con la Justicia, la verdad hasta el final y en tercer lugar, mi abogado será mi interlocutor en estos casos ante la Justicia y la prensa”, dijo. Tras subrayar que tiene la intención de cumplir con su mandato, iniciado el 15 de agosto del 2008 y que concluirá en 2013, anunció que promoverá “una dramática protección de esfuerzos de todas las cuestiones relativas a la maternidad, niñez y la mujer” en el enfoque de las acciones de gobierno.
El escándalo que afronta el jefe de Estado ha abierto un debate público sobre el riesgo de que sea sometido a un juicio político. El senador Alfredo Luis Jaeggli, que es opositor al gobierno a pesar de pertenecer al oficialista Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), a través de una nota difundida por los medios, pidió ayer a Lugo que renuncie a su cargo. “Fue elegido considerando que su pasado garantizaba una alta credibilidad y se pensaba que se podría enderezar el rumbo del país. Su situación personal de hoy ha hecho que usted pierda toda credibilidad”, aseveró en su nota Jaeggli.
Además, un sector del PLRA, la principal fuerza del gobierno en el Parlamento, se ha enfrentado al presidente, principalmente la corriente que lidera el vicepresidente del país, Federico Franco. Esta semana, en medio del escándalo, Lugo removió a varios ministros de su gabinete que eran considerados leales al vicepresidente. Franco, a su vez, declaró que estaba “perfectamente preparado” para asumir la presidencia, en caso de ser necesario. Sin embargo, el vicepresidente aclaró que no se sumaría a los pedidos de juicio político contra el presidente. Anteayer el ministro del Interior, Rafael Filizola, contestó diciendo que no existían antecedentes de casos en los que un presidente tuviera que renunciar por un caso de paternidad, mientras existen muchos ejemplos de mandatarios a los que se le encontraron hijos no declarados.
El enfrentamiento entre el progresista Lugo y el conservador Franco data de la campaña presidencial, pero recrudeció a partir del tropezón político del presidente. Esta semana se escuchó a los seguidores de Franco cantar “Federico presidente” en un congreso del PLRA. Pero Franco aclaró “no soy de hacer leña del árbol caído” al negarse a apoyar el juicio político, para lo cual hacen falta dos tercios de los votos del Congreso.
Ayer, Lugo adoptó un tono conciliador para referirse a su compañero de fórmula. “Estamos dando los pasos necesarios para que se puedan ir recomponiendo estos lazos para que el gobierno, para que el presidente y el vicepresidente puedan recomponerse, mejorar y garantizar a la ciudadanía paraguaya la confianza depositada” en las elecciones del 20 de abril de 2008.
El 13 de abril el presidente reconoció ser el padre de un niño de dos años nacido de su relación con Viviana Carrillo, de 26 años, cuando aún era obispo de San Pedro, luego de que dos abogados presentaran una demanda de filiación en Encarnación, en el sur del país. Después de que saliera a la luz ese caso, Benigna Leguizamón, de 27 años, recurrió el miércoles último al juzgado de la Niñez y la Adolescencia de Ciudad del Este, a 330 kilómetros de Asunción, con una demanda de filiación y prestación de alimentos en contra del mandatario, al asegurar que éste es el padre de uno de sus cuatro hijos, Lucas Fernando, de seis años, también nacido en San Pedro.
El mismo miércoles, Damiana Hortensia Morán Amarilla, de 39 años, dijo a los periodistas que concibió otro hijo del jefe de Estado, Juan Pablo, que hoy tiene un año y cuatro meses, aunque aclaró en la ocasión que no exige nada al gobernante. Morán Amarilla declaró que dio a conocer la paternidad de su hijo porque representantes de la oposición le habían advertido que su hijo figuraba en una lista de seis hijos de Lugo que pronto sería revelada. Hasta a hora la lista no apareció, pero en la prensa paraguaya se rumorea que la cantidad de hijos no reconocidos del presidente podría alcanzar la cifra de diecisiete.
Las revelaciones sobre el mandatario paraguayo fueron recibidas en silencio por la mayoría de sus pares latinoamericanos. Solamente el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo declaraciones sobre el tema. Lula respaldó a Lugo y aseveró que no veía motivos para una crisis institucional en Paraguay.
Tampoco se han conocido reacciones del Vaticano o de la Conferencia Episcopal de Paraguay. Sin embargo, el obispo de Ciudad del Este Rogelio Livieres, vinculado al Opus Dei, descargó munición gruesa contra Lugo y acusó a la Conferencia de estar al tanto y haber ocultado las conductas del ex obispo, hoy presidente, en el diario Ultima Hora.
Con su descargo público, el presidente espera dejar atrás el escándalo que lo tuvo como protagonista involuntario en la última semana, recomponer su frágil alianza de gobierno y avanzar con las reformas prometidas al pueblo paraguayo.
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