Eunice Kennedy Shriver, la hermana del asesinado presidente norteamericano y la fundadora de las Olimpíadas Especiales, murió ayer a los 88 años. Su esposo Sargent Shriver, el candidato demócrata a vicepresidente en 1972, sus cinco hijos y sus 19 nietos estuvieron con ella en el hospital en Hyannis, Massachusetts. Su muerte deja sólo dos de los cinco hermanos Kennedy vivos: Edward de 77 años y senador por Massachusetts desde 1962, y Jean Kennedy Smith de 81 años y ex embajadora en Irlanda.

“Fue una mujer extraordinaria que le enseñó a nuestra nación, nuestro mundo, que no hay barrera física ni mental que pueda contener el poder del espíritu humano”, señaló el presidente Barack Obama. Su hermano Edward, a quien este año le diagnosticaron cáncer, también la recordó con cariño. “Ella entendió lo que nuestros padres nos enseñaron: mucho se espera de aquellos que han recibido mucho.”

Sus hermanos fueron uno, presidente y dos senadores, pero Kennedy Shriver no pasó su vida bajo su sombra. Fue una católica devota y la funcionaria más comprometida de los cinco hermanos. Las Olimpíadas Especiales, la fundación que terminó siendo su mayor logro, fueron inspiradas en la lucha de su propia hermana mayor, Rosemary, quien nació con un leve retraso mental y terminó completamente incapacitada después de que su padre intentara realizarle una lobotomía para controlar sus constantes cambios de humor. Años después, su madre, Rose Fitzgerald, recordó el sufrimiento de su hija mayor como la primera de las tragedias que marcaron a la familia.

Con apenas 20 años, Kennedy Shriver empezó a actuar como trabajadora social en la cárcel de mujeres de West Virginia. En 1960 participó en la campaña presidencial de su hermano y, más de 40 años después, volvió a la puja electoral, esta vez en apoyo de un republicano, su yerno y actual gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.