La intervención de la Policía Metropolitana (PM) de Caracas por parte del ejército venezolano amenaza con ser otro episodio difícil del enfrentamiento entre el presidente Hugo Chávez y la oposición. Chávez justificó ayer la ocupación de las instalaciones policiales por el conflicto gremial que hace más de un mes afecta a 400 de los 13.000 efectivos de la fuerza. La PM responde al alcalde Alfredo Peña, opositor a Chávez, quien ayer trató de ingresar a una comisaría del norte de Caracas con otros alcaldes, pero les fue negada la entrada. Las unidades del ejército rechazaron la manifestación con gases lacrimógenos y hubo un herido de bala. Chávez acusa a la PM de participar en la masacre del 11 de abril, que anticipó un intento de golpe de Estado. De todas maneras, el presidente venezolano recalcó que la intervención de la PM es “temporal”. Pero todo puede terminar muy mal si se extiende el caso de la comisaría de Maripérez, donde la jefatura se dividió en dos y donde todavía el gobierno no controla a todos los agentes.