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› LA CUMBRE RUSO-NORTEAMERICANA COINCIDIO EN EL NUEVO EJE DEL ANTITERRORISMO
Este es el comienzo de una hermosa amistad
George W. Bush y Vladimir Putin pidieron ayer a Saddam Hussein que se desarme y enfatizaron sus coincidencias en la lucha contra el terrorismo. Y Putin bajó el tono de su oposición a la ampliación de la OTAN.
Por Nick Paton Walsh y Jonathan Steele *
Desde Moscú y Praga
Vladimir Putin le advirtió anoche a Estados Unidos que no vaya solo contra Irak, poniendo una nota de precaución en lo que de otra manera fue una calurosa bienvenida para el presidente George W. Bush en Rusia. Sobre los helados escalones del palacio Tsarskoye Selo en Pushkin, cerca de la ciudad natal de Putin de San Petersburgo, el presidente ruso dijo que ambos países podrían obtener “resultados positivos” en la lucha para desarmar a Irak si actuaban “conjuntamente”. También sostuvo que Estados Unidos debía mantenerse firmemente dentro de los límites de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Irak, añadiendo que ésta se logró después de “mucho trabajo difícil”.
Los presidentes fortalecieron su ampliamente publicitada entente personal al pedirle a Saddam Hussein que se desarme y honre la resolución de la ONU. Su declaración conjunta amenazó con “serias consecuencias” en caso de incumplimiento. Los dos jefes de Estado siguieron construyendo su relación sobre los crecientes lazos entre sus separadas guerras contra el terrorismo, reforzados desde que rebeldes chechenos mantuvieron a 800 personas como rehenes en un teatro de Moscú el mes pasado. Putin dijo que el mundo “no debería darle oportunidades a aquellos involucrados en terrorismo o que apoyan a terroristas”. Señaló que 16 de los 19 hombres involucrados en los ataques del 11 de septiembre eran ciudadanos sauditas. “Recordaremos esto”, dijo.
La rápida visita de Bush a Rusia, que funcionarios de Estados Unidos dijeron que surgió después de Putin sostuviera que su país necesitaba asegurarse que una OTAN ampliada no representaba una amenaza, duró un poco más de cuatro horas. Putin dijo que habían tenido 80 minutos de conversación “fructífera y franca”. Antes de partir para Letonia, un miembro prospectivo de la OTAN, Bush se comprometió a regresar a San Petersburgo para unirse a la celebración de su 300º aniversario en mayo. Putin reiteró su opinión que la expansión de la OTAN “no era necesaria”, pero añadió que no podía “excluir relaciones más profundas entre nosotros y la Alianza, si sus actividades están en línea” con los intereses de seguridad rusos.
Respondiendo a estas preocupaciones, Bush dijo: “El ánimo de los países de la OTAN es éste: Rusia es nuestra amiga. Tenemos un montón de intereses en común. Debemos continuar nuestra cooperación en la guerra contra el terrorismo”. Ayer, en Praga, en el nuevo consejo de la OTAN-Rusia, establecido para apaciaguar a Moscú, el canciller Igor Ivanov confirmó la oposición de Rusia a la expansión de la OTAN. “Siempre hemos dicho que la ampliación sin una transformación de sus estructuras militares y políticas no van de la mano con las nuevas ideas de seguridad y cooperación en la esfera euroatlántica”, dijo.
Otros rusos eran más optimistas. Sergei Yastrzhembsky, el principal vocero de Putin en Chechenia, dijo a un diario checo: “Han pasado tres años desde que la República Checa, Polonia y Hungría entraron a la OTAN y esto no resultó en ninguna nueva amenaza para Rusia. Ninguna”. Yastrzhembsky restó importancia a la ansiedad de los Estados bálticos de unirse a la OTAN y la consideró como un pedido de consuelo “psicológico”. “Al entrar a la Otan los Estados bálticos desean principalmente lograr una sensación psicológica de seguridad... Si entrar a la OTAN los ayuda a liberarse de estereotipos y a ser más constructivos en sus relaciones con Rusia, daremos la bienvenida a esto.”
Estados Unidos también está planeando bajar el tono de las críticas a la política rusa en Chechenia y ha dicho que Moscú no perderá económicamente si Saddam Hussein es reemplazado por un régimen prooccidental. Washington también dejó de lado su insistencia en que Moscú hablara con el último presidente electo checheno, Aslan Maskhadov. Desde el sitio del teatro de Moscú, los funcionarios de Estados Unidos han descripto a Maskhadov como “un artículo en mal estado”.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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