EL MUNDO › LOS EQUIPOS DE LOS CANDIDATOS YA SE REUNIERON PARA IR DELINEANDO SUS ESTRATEGIAS
La campaña de Mujica apostará al proyecto de país de la coalición de centroizquierda, la primera fuerza política de Uruguay. En cambio, el equipo de los blancos decidió que la campaña girara en torno de la figura de Lacalle.
› Por Mercedes López San Miguel
Desde Montevideo
Arrancó la campaña para el ballottage y hay un favorito: José “Pepe” Mujica. La coalición oficialista Frente Amplio (FA) no sólo fue la ganadora del domingo: también habría obtenido la mayoría en ambas Cámaras del Parlamento. Ante este escenario, el equipo de Mujica mantuvo reuniones y delineó lo que será el puntal de su campaña: apostar al proyecto de país del centroizquierda, la primera fuerza política de Uruguay. En cambio, el equipo de los blancos decidió que la campaña girara en torno de la figura del “presidenciable” Luis Alberto Lacalle, más despegado de su Partido Nacional, dado que ya recibió el apoyo del Partido Colorado.
Según los datos oficiales difundidos ayer por la Corte Electoral, sin tener en cuenta los votos observados, el Frente Amplio obtuvo el 49,58 por ciento de los votos, lo que le da la mayor cantidad de bancas en el Parlamento. El Partido Nacional consiguió el 29,8 por ciento de los votos; el Partido Colorado el 17,4 por ciento y el Partido Independiente el 2,6 por ciento. De un total de 30 bancas en Senadores, el oficialismo mantiene su mayoría con 16 asientos; el Partido Nacional (nueve bancas), el Partido Colorado (cinco) y el Partido Independiente (dos).
Queda confirmar si sucede lo mismo en Diputados tras el escrutinio de los 32.154 votos observados que se hará entre hoy y el viernes. De un total de 99 bancas, el FA obtiene la mayoría con 50 diputados; el PN 30 diputados, el PC, 17 asientos.
Gerardo Caetano, historiador y politólogo de la Universidad de la República, analizó los resultados de los comicios. “Lacalle hizo una mala campaña: los últimos cuatro meses, su partido bajó 10 puntos en intención de votos. Sus errores fueron marcados; por ejemplo, dijo que los inversores tenían que esperar hasta las elecciones para invertir”, que usaría una motosierra con el gasto público y que los beneficiarios de los planes sociales son ‘atorrantes’. Esos errores lo ubicaron en el Lacalle de siempre, que en los últimos años estuvo sujeto a un fuerte rechazo”, dijo a Página/12.
Para un electorado progresista, Lacalle es el Menem uruguayo, que propone un Estado ausente, recetas neoliberales y mano dura contra los delincuentes.
El analista considera que tanto Lacalle como Mujica tienen un perfil radicalizado. “Creo que el resultado del domingo se enmarca en una campaña extraña para los uruguayos, porque los perfiles de los candidatos se perciben poco ligados al electorado de centro. Los dos, Mujica y Lacalle, generan fuertes adhesiones entre sus filas y fuerte rechazo fuera de ellas.”
El FA obtuvo 11 de los 18 departamentos del país, aquellos más estratégicos en lo económico y político. Si se lo compara con el mapa regional de las anteriores presidenciales de 2004, el centroizquierda se expandió en el interior: ratificó el voto en Salto, Maldonado, Rocha, Florida y Paysandú, se incorporó San José Colonia y Río Negro, y ganó en sus bastiones Montevideo y Canelones (con unos puntos menos).
Caetano no tiene dudas de que Mujica entra al ballottage como indiscutido favorito. “De ninguna manera se plantea la hipótesis de que gana la oposición. El mapa electoral confirma al Frente Amplio como el primer partido nacional, e incluso amplió la distancia con el Partido Nacional en 20 puntos. El PN tuvo una mala elección, muy lejos de su tendencia histórica, por tanto tiene que empezar a remontar esa pérdida.”
A tal fin, los blancos intentarán desdibujarse como partido y subrayar las condiciones personales de Lacalle para ser presidente. El propio candidato y ex mandatario (1990-1995), que en la noche del domingo se dio aires de ganador, dijo que suspendía su condición de hombre del Partido Nacional porque no se trataba de una elección entre partidos. Cuenta con su aliado conservador, el Partido Colorado. Pedro Bordaberry no perdió un segundo y anunció públicamente su alianza con los blancos. El Partido Colorado se recuperó con respecto a la catastrófica elección de 2004 –cuando obtuvo el 10 por ciento–, logrando captar más a los indecisos y a parte de los votos de los blancos.
En esta elección se dio una paradoja: el gobierno de Tabaré Vázquez tiene una alta aprobación y el voto del domingo no termina por reflejarla. “Aprobar un gobierno no es votar por el partido, esto lo vemos en Chile y Brasil”, explicó Caetano. “Mujica encarna el candidato de la continuidad de un gobierno al que le fue bien. Para la izquierda se disputarán dos modelos de país, para la derecha es un pleito entre quiénes están en mejores condiciones para ser presidente”, remarcó.
El FA sufrió el desgaste, como todo partido de gobierno: perdió un tres por ciento con respecto a la elección de 2004. Fuentes frenteamplistas adelantaron que no se buscarán acuerdos con las dirigencias de otros partidos. El líder de los independientes, Pedro Mieres, ya dijo que dejaba a su electorado libre de decidir por quién votar. La campaña será corta, con poco espacio para los errores. Dos modelos o dos perfiles, de cara al 29 de noviembre.
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