A sólo cinco días de las elecciones presidenciales chilenas, el candidato oficialista Eduardo Frei suspendió durante 24 horas su campaña para honrar a su padre, el también ex presidente Eduardo Frei Montalva. Familiares, amigos y aliados se reunieron ayer al pie de la bóveda subterránea donde se encuentran los restos del ex mandatario, quien según confirmó el lunes la Justicia, fue asesinado por la dictadura pinochetista. No hubo declaraciones ni discursos, sólo claveles rojos, lágrimas y un silencio sostenido.

La familia del ex presidente optó en cambio por desfilar por el Cementerio General de Santiago, donde descansan los restos del ex mandatario desde finales de enero de 1982. No hubo banderas ni grandes multitudes, sólo una foto en blanco y negro del líder chileno. Fue una pequeña procesión de la familia, amigos íntimos y los presidentes de los cuatro partidos que forman la Concertación: Camilo Escalona, del Partido Socialista, Pepe Auth (PPD), José Antonio Gómez (PRSD) y Juan Carlos Latorre, de la Democracia Cristiana.

La mayoría de los presentes llevaba un clavel rojo en la mano. De a dos o tres fueron bajando las escaleras para un último adiós. Después de que todos habían pasado, el único orador de la ceremonia, Pedro Uzúa, uno de los nietos del ex presidente asesinado, habló hasta que la emoción se apoderó de él. “Ganaste la batalla de la verdad, ahora puedes descansar en paz”, dijo, mirando la foto de su abuelo. No muy lejos de allí, en el barrio Meiggs, en el centro de Santiago, el candidato sorpresa, el ex socialista Marco Enríquez Ominami, también recordaba a Frei padre, pero para atacar la credibilidad del favorito de todas las encuestas, el empresario y referente de la derecha chilena, Sebastián Piñera. “Me sorprende que Sebastián Piñera se haya comprometido ayer, públicamente, a ayudar a que se sepa la verdad, cuando él en el año ’95 presentó una ley de amnistía para que justamente casos como éstos no se investigaran. Me parece mal que un candidato por votos ya no honre ni siquiera a la verdad”, se quejó el joven diputado.

Tercero en las encuestas, Enríquez Ominami cerró el lunes a la noche su campaña en la ciudad de Concepción, la segunda en importancia en el país, 500 kilómetros al sur de Santiago. “Los que prefieren retroceder ya tienen sus candidatos y los respetamos, pero sabemos que somos nosotros los que hacemos historia”, aseguró desde un escenario instalado en el Parque Ecuador de Concepción, junto a su familia y rodeado de bandas de rock chilenas. A lo largo de la noche, él y sus invitados apelaron a un mensaje emotivo de esperanza y cambio. “Los sueños se hacen realidad”, prometió el candidato, cuyo padre también fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet.

Piñera no volvió ayer a referirse al asesinato de Frei Montalva. De gira por el norte chileno, el empresario visitó las ciudades de Copiapó, La Serena y Ovalle.

Un día antes, el juez Alejandro Madrid había anunciado públicamente que la muerte de Frei Montalva en 1982, atribuida oficialmente a una septicemia, se había debido a un envenenamiento paulatino por parte de un equipo médico infiltrado por la dictadura de Pinochet. Frei Montalva era uno de los líderes de la oposición al régimen pinochetista.

A cinco días de las elecciones presidenciales, el fallo de Madrid volvió a poner en el centro del debate los derechos humanos y los resabios que quedan de los años de terrorismo de Estado. Dos temas en los que la Concertación es fuerte y su principal rival en las urnas, Piñera, tiende a hundirse en un discurso ambiguo. Mañana Frei y Piñera, los dos candidatos con más posibilidades de llegar a una segunda vuelta, cerrarán sus campañas, el primero en la ciudad de Concepción y el segundo en Santiago, la capital. Ese mismo día, la presidenta Michelle Bachelet dará un mensaje a la Nación desde el Palacio de La Moneda por el Día de los Derechos Humanos. En él, la mandataria dirá lo mismo que adelantó hoy, que Frei es el heredero legítimo de la lucha democrática de la Concertación, la misma lucha que encabezó su padre antes que él.