EL MUNDO › LA HABANA CONSIDERA QUE EL DETENIDO NO ES UN CONTRATISTA, SINO UN ESPíA
El estadounidense detenido en la isla trabajaba para la empresa Development Alternatives. Según el gobierno cubano, el hombre no identificado entregó en forma ilegal “sofisticados medios de comunicación vía satélite” a opositores cubanos.
› Por Gerardo Arreola *
Desde La Habana
El líder parlamentario Ricardo Alarcón dijo que el estadounidense detenido aquí hace un mes por repartir equipo de comunicaciones entre particulares aún está bajo investigación y trabaja para una empresa “que contrata para los servicios secretos” de Estados Unidos.
El personaje, aún no identificado, fue aprehendido en Cuba el 5 de diciembre. Una semana después, The New York Times destapó el caso. El 20 de diciembre, el presidente Raúl Castro dijo al Parlamento que el hombre había sido llamado contratista “eufemísticamente” y entregó en forma ilegal “sofisticados medios de comunicación vía satélite” a grupos que Washington quiere organizar en la isla.
En respuesta a preguntas de la prensa, Alarcón agregó detalles sobre la forma en la que el gobierno cubano observa el episodio: “Como dijo Raúl, aquél no era un contratista. Ustedes saben que es una nueva institución que hay en Estados Unidos, que son agentes, torturadores, espías, que en la privatización de la guerra los contratan”.
Después de la nota del Times, la empresa Development Alternatives (DAI) reconoció que el detenido es empleado de uno de sus contratistas, con la misión de ejecutar en Cuba un programa por cuenta de la Agencia de Ayuda Internacional (Usaid) de Estados Unidos.
El detenido, dijo Alarcón, “es un señor contratado por una empresa que contrata para los servicios secretos estadounidenses”.Un funcionario consular de Estados Unidos visitó por primera vez al prisionero el pasado 28 de diciembre. El estadounidense, agregó Alarcón, está “mucho mejor que las víctimas de esos contratistas en todo el mundo”.
Estados Unidos desestimó las denuncias de espionaje realizadas por Cuba contra el ciudadano estadounidense. “Esas acusaciones son falsas”, indicó el portavoz PJ Crowley a los periodistas. “No hay nada encubierto en esos programas que están diseñados para promover un mayor respeto a las libertades fundamentales en Cuba”, agregó el vocero estadounidense. E insistió argumentando en favor del norteamericano: “Observamos que el gobierno cubano califica erróneamente los programas estadounidenses de democracia para Cuba, así como a las organizaciones que trabajan para implementar dichos programas”.
Washington y La Habana, sin relaciones diplomáticas desde 1961, habían empezado a tener acercamientos luego de que Obama llegó al poder, el 20 de enero de 2009. Sin embargo, la detención llevó nuevamente el conflicto a un escenario de crispación. Apenas un mes más tarde el ambiente volvió a sacudirse con la inclusión de Cuba en la lista de países “patrocinadores del terrorismo”, cuyos pasajeros deben pasar a revisión exhaustiva al llegar a Estados Unidos.
* De La Jornada de México. Especial para Página/12.
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