EL MUNDO › DECENAS DE INMIGRANTES GOLPEADOS MIENTRAS DENUNCIABAN ABUSOS
Tras los incidentes del jueves por la noche, que concluyeron con cientos de coches incendiados y daños en casas y tiendas, muchos comercios y escuelas permanecieron cerrados ayer. La ONU advierte contra la “caza de inmigrantes”.
Al menos cinco inmigrantes fueron atropellados por vehículos conducidos por ciudadanos italianos en la localidad de Rosarno, al sur de Italia, donde se registran desde el jueves protestas de inmigrantes africanos en respuesta a ataques de locales, con un saldo de más de cuarenta heridos. Los inmigrantes fueron atropellados en la tarde por grupos de italianos que montaron puestos de bloqueo espontáneos y rondas contra los trabajadores extranjeros. Dos de los heridos, que ya fueron trasladados al hospital de Polistena, localidad cercana a Rosarno, recibieron disparos en las piernas, pero su estado no es grave. Por el momento, se desconoce quién ha sido el responsable de los disparos, sucedidos poco antes de que otros tres inmigrantes resultaran heridos por los golpes propinados por varios vecinos en distintos lugares cerca de los galpones donde residen en las afueras de la pequeña localidad de Rosarno, en Calabria.
Todo empezó el jueves por la noche, cuando unos desconocidos dispararon con armas de aire comprimido contra un grupo de inmigrantes, hiriendo levemente a varios de ellos, tras lo cual se iniciaron los disturbios. Muchos comercios y escuelas permanecieron cerrados ayer ante el temor de que se repitieran los incidentes del jueves por la noche, que concluyeron con cientos de coches incendiados y daños en casas y tiendas, mientras unos dos mil inmigrantes realizaron una sentada en el centro de la localidad. Paralelamente, un grupo de habitantes ocupó la alcaldía para pedir la expulsión de los inmigrantes y un ciudadano disparó al aire desde la terraza de su residencia para dispersar a los manifestantes.
Los inmigrantes protestan por las condiciones inhumanas en las que viven y trabajan en esa zona, dominada por la mafia calabresa, mejor conocida como ‘Ndrangheta. Según varias organizaciones humanitarias, los inmigrantes africanos, la mayoría provenientes de Togo, Ghana, Sudán, Mauritania, Congo y Senegal, están obligados a trabajar hasta veinte horas al día en la recolección temporal de cosechas (mandarina, naranja, tomate) por un salario miserable y viven en galpones sin servicios higiénicos. Según la prensa local, los inmigrantes viven hacinados en una vieja fábrica abandonada en condiciones infrahumanas y la mayoría de ellos no tienen documentos y subsisten gracias a los alrededor de 25 euros que se les paga por una jornada de trabajo en los campos.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Laura Boldrini, manifestó ayer su preocupación por la tensión entre inmigrantes y la población calabresa. “Temo que se de-sate una caza del inmigrante”, declaró Boldrini, portavoz en Italia de Acnur poco antes de partir hacia la localidad sureña.
En total, y como resultado de los altercados que se vienen produciendo desde el jueves por la noche, hay 37 heridos, diecinueve de ellos ciudadanos extracomunitarios y dieciocho agentes de las fuerzas del orden. Ocho personas han sido detenidas –siete extranjeros y un italiano– como resultado de unos altercados que llevaron en la tarde de ayer a intentar embestir con vehículos a, por lo menos, cinco inmigrantes.
Las autoridades decidieron enviar un contingente especial de la policía a la zona, mientras continúan las protestas de los inmigrantes, que han montado barricadas y están armados de palas. “Hay que garantizar el control del territorio y ofrecer serenidad a toda la población presente”, declaró el jefe de la policía italiana, Antonio Manganelli.
Para el ministro del Interior, Roberto Maroni, exponente del partido xenófobo Liga Norte, las tensiones registradas en Rosarno “son el fruto del exceso de tolerancia ante la inmigración clandestina”. Tales declaraciones generaron polémica en Italia, ya que se calcula que cerca de la mitad de los inmigrantes tiene papeles y hay varios refugiados por razones políticas.
Según el mayor sindicato de Italia, Cgil, cerca de 50.000 inmigrantes residen en condiciones similares a las de los trabajadores de Rosarno. El sindicato denunció a la mafia calabresa como responsable de la explotación de los inmigrantes, tratados como “verdaderos esclavos”, recalcó.
En un comunicado de prensa divulgado ayer, el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, exige que se detenga “sin demora” todo tipo de violencia en la zona, que algunas voces adjudican a la mafia.
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