Angra dos Reis es uno de esos balnearios paradisíacos de Brasil frecuentado por ricos y famosos del mundo entero y, antes, por argentinos del uno a uno. Ayer quedó convertido en un infierno: una lluvia inusual e intensa provocó una serie de crecidas en los ríos y derrumbes en la periferia de la ciudad. Ya hay al menos 39 muertos y el alcalde decretó el estado de “calamidad pública”. En el sur de Brasil también hay fuertes lluvias que amenazan con agravar la situación en la provincia argentina de Entre Ríos, donde ya hay evacuados.
La tormenta en Angra dos Reis, ubicada a 150 kilómetros de Río de Janeiro, se descargó en la madrugada de ayer y produjo numerosos derrumbes de casas modestas. Las tierras de los cerros que rodean la ciudad cedió por el agua caída: en 10 horas cayó el equivalente a ocho meses de lluvia.
El lodo y las piedras derivaron en enormes avalanchas que arrastraron todo lo que encontraban a su paso: casas, autos, gente. El alcalde Fernando Jordao anunció que por lo menos 1870 personas quedaron desalojadas por los derrumbes, que afectaron principalmente los barrios pobres de Mambucaba, Grande Belém y Areal.
Los ríos Mambucaba y Japuiba salieron de cauce y cubrieron decenas de viviendas en la periferia de la ciudad. El alcalde aseguró, por otra parte, que no hay ningún problema con las dos centrales nucleares situadas en las afueras, pero informó que solicitó a la empresa estatal Eletronuclear que las desconectara temporalmente.
La gobernadora del estado de Río de Janeiro, Benedita da Silva, envió a la ciudad equipos de bomberos expertos en rescatar a víctimas de derrumbes, a pedido del alcalde. “Siempre hay esperanza de hallar a sobrevivientes”, expresó.
Robson de Moraes, una de las numerosas personas que quedaron sin hogar en el barrio de Areal, a seis kilómetros del centro de la ciudad, explicó que la lluvia causó una avalancha que cubrió por lo menos diez casas cercanas a la vía férrea que pasa por Angra dos Reis y aseguró que había visto al menos seis muertos, entre ellos una mujer embarazada y sus dos hijos. Las intensas lluvias abrieron dos grietas en una colina sobre la cual hay numerosas viviendas de trabajadores de condición humilde.
En tanto, una serie de tormentas que se produjeron en el sur brasileño en los últimos días arrastraría más agua al río Uruguay, ya crecido por las lluvias en la región de Entre Ríos. Por esa situación, más de dos mil personas se encontraban ayer evacuadas en diversas localidades de la provincia a raíz de los desbordes de arroyos y ríos. Los más afectados fueron los poblados ubicados en la ribera del río Uruguay y en la zona central de la provincia.