Mar 10.12.2002

EL MUNDO

United hizo el aterrizaje forzoso más grande de todos los tiempos

Tal como se preveía, United Airlines, la segunda aerolínea más grande del mundo, se declaró ayer en quiebra. Por ahora seguirá funcionando y tiene un acceso mínimo a financiamiento, pero habrá reducciones de sueldos y empieza la negociación con los acreedores.

United Airlines, la segunda aerolínea más grande del mundo, se declaró ayer en bancarrota y se acogió a la protección de la ley de quiebras, luego de que los abogados de la compañía acordaron un préstamo que le permitirá seguir volando. El pedido de quiebra de UAL Corporation (dueña de United Airlines) significa que la convierte en la bancarrota más grande de la historia de la aviación comercial. Le sigue US Airways, que quebró en agosto pasado. United se acogió al Capítulo 11 del Código de Quiebras que la protege de sus acreedores para facilitar “la reestructuración de la compañía y restaurar sus finanzas a largo plazo”, indicó un comunicado de UAL. La empresa, que calcula salir de la ley de quiebras en 18 meses, logró un préstamo por 1500 millones de dólares.
Pero las aerolíneas norteamericanas nunca la pasaron bien con la ley de quiebras. De todas las compañías que quebraron desde la desregulación de la industria en 1978, sólo Continental Airlines y America West Airlines continúan operando. Mientras, los ejecutivos de United ahora tratan de alejar a la empresa del rumbo que tomaron en el pasado Braniff, Eastern, Pan American y TWA, que nunca más levantaron cabeza. Pero los abogados de United lograron que cuatro prestamistas –el Citigroup, JP Morgan Chase, Bank One y el grupo CIT– financien a la compañía con 300 millones de dólares cada uno. Además, Bank One prestará 300 millones adicionales para llegar a un total de 150 mil millones de dólares. James Sprayregen, abogado de United, dijo que la compañía espera perder este mes entre 20 y 22 millones de dólares por día y entre 10 y 15 millones en enero.
Cuando US Airways se amparó en la ley de quiebras, sus ejecutivos lanzaron optimistas predicciones para la compañía. Pero sus sindicatos se han mantenido firmes en su política de no hacer concesiones. La semana pasada, US amenazó con liquidar la empresa si los trabajadores no aceptan un acuerdo. Los sindicatos de United, que representan al 80 por ciento de los 80.000 empleados de la empresa, lamentaron el pedido de quiebra y dijeron que esperan involucrarse activamente en la reactivación de la empresa. Mientras, United anunció ayer que recortará los sueldos de sus ejecutivos en un 11 por ciento, junto con los de los empleados que no están afiliados a los sindicatos.
La aviación comercial norteamericana está sucumbiendo no sólo a la recesión, sino a la notable merma en la venta de pasajes desde los atentados del 11 de septiembre. En el 2001, el sector perdió 100 mil millones de dólares y al menos 70 mil millones este año. En un comunicado, United aseguró que, mientras pone en marcha un plan para intentar ser rentable nuevamente, sus vuelos operarán “como siempre” para sus pasajeros. Pero aún no se sabe qué pasará con los empleados y proveedores de la empresa, dijo Glenn Tilton, director ejecutivo de la línea aérea. Según Tilton, “es posible” que Lufthansa, socia de United en el grupo Star Alliance, compre acciones de la compañía. De todas formas, la línea aérea alemana sólo declaró que estudia una forma de ayudar a su compañera en desgracia.
“Luego de los atentados del 11 de septiembre y de la desaceleración de la economía, United debió enfrentar desafíos financieros y operativos significativos”, señaló el comunicado de prensa de UAL. Hace un tiempo, la empresa había congelado los salarios de sus gerentes ejecutivos y pedido a sus 80.000 empleados renunciar a aumentos de sueldo.
La quiebra parecía inminente cuando la Oficina de Estabilización del Transporte Aéreo (ATSB), creada el año pasado para proteger a la industria del golpe del 11 de septiembre, rechazó un pedido de UAL por una garantía de 1800 millones de dólares. Esto derrumbó el valor de las acciones de la compañía y provocó un “default” o cese de pagos en sus notas de deuda.
“Esperamos seguir con nuestros servicios globales y mantener el compromiso con nuestros clientes”, declaró United. Además, indicó que los pasajes para vuelos futuros serán respetados y que el pedido de quiebra no afectará los programas de millaje y viajero frecuente. Los expertos aseguran que no habrá cambios inmediatos en los 1800 vuelos diarios querealiza United. En los aeropuertos de Estados Unidos, los pasajeros se mostraron relativamente calmos con la quiebra. Es que hacía varios días que los norteamericanos esperaban este desenlace.

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