Sáb 21.12.2002

EL MUNDO

La centroderecha empieza a moverle el piso a Lula

Parecía seguro que el centroderechista PMDB se sumaría al gobierno de Lula. Pero no hubo acuerdo, y un dirigente amenazó: “Si no tenemos poder con Lula, lucharemos por tenerlo en el Congreso”.

El fracaso del acuerdo entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) dejó al presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sin la mayoría parlamentaria que necesita para aprobar sus proyectos. Las últimas negociaciones para alcanzar el acuerdo fracasaron ayer, cuando parecía decidido que el senador Pedro Simón y el diputado Eunicio Oliveira serían los futuros ministros del PMDB. Este partido de centroderecha es el más dividido del país y durante ocho años integró el gobierno del actual presidente Fernando Henrique Cardoso. El fracaso se atribuye a los sectores radicales que controlan la dirección del PT en el estado de Rio Grande do Sul. La confirmación del fracaso en las negociaciones se conoció ayer, cuando Lula anunció que la ingeniera Dilma Roussef será la ministra de Minas y Energía, un cargo que estaba destinado a Simón. Horas después, Lula nombró al primer sindicalista de su gobierno para ocupar el Ministerio de Trabajo. También designó al ministro de Educación y confirmó a Humberto Costa como ministro de Salud.
“Con el Congreso en contra, no es posible gobernar Brasil”, dijo a lo largo de sus ocho años en el poder el presidente Cardoso, que el primero de enero de 2003 le entregará la presidencia a Lula. Sin la mayoría, los partidos del gobierno de Lula podrían perder la presidencia de ambas cámaras legislativas y ver amenazada su gobernabilidad. El futuro gobierno tendrá entonces que contar con la buena voluntad del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y de los sectores disidentes del PMDB, que son casi la mitad de ese partido. El poderoso PMDB controla 74 bancas en la Cámara de Diputados y 19 en el Senado. Aunque oficialmente este partido no apoyó a Lula en las elecciones presidenciales, varios de sus dirigentes pidieron su voto. Sin embargo, durante las últimas negociaciones entre el futuro oficialista PT y el PMDB, los dirigentes de este último admitieron que sólo les interesaba participar en el gobierno de Lula si éste les cedía poder real en algún área. Según la agencia brasileña Estado, uno de los máximos dirigentes del PMDB advirtió ayer que “si no tenemos poder con Lula, lucharemos por tenerlo en el Congreso”. La agencia no mencionó el nombre del dirigente.
Delante de un auditorio de sindicalistas, Lula nombró ayer a Jaques Wagner como ministro de Trabajo. Wagner es el primer sindicalista del futuro gobierno, cuyo flamante gabinete se fue conformando con dirigentes del PT, empresarios y banqueros. El próximo ministro de Trabajo tiene 51 años, es diputado del PT desde 1991 y fue presidente de Sindiquímica, el sindicato de los petroquímicos con el que sigue vinculado. “Va a comenzar una nueva manera de hacer política”, declaró Lula frente a sus ex colegas sindicalistas. “Soy del tiempo en que los ministros no nos recibían y el delegado regional de Trabajo cazaba a dirigentes sindicales”, dijo Lula, que empezó su carrera política de muy joven, cuando trabajaba como obrero metalúrgico. En el mismo acto, el futuro ministro de Trabajo le agradeció al presidente electo la confianza de un ministerio al que considera simbólico del próximo gobierno.
Joao Felicio, presidente de la Central Unica dos Trabalhadores (CUT), la agrupación gremialista más importante de Brasil, dijo que el gobierno de Lula es de coalición social y que debe “tener empresarios y sindicalistas”. Por su parte, Lula afirmó que su gobierno tiene que ser “plural” y que ninguno de sus ministerios puede ser el aparato político de un partido. Luego de la designación de Wagner, el futuro jefe del gabinete de Lula, José Dirceu, declaró que su gobierno no contará con ningún miembro del PMDB. Además de Wagner, los tres ministros que Lula designó ayer son dirigentes del PT. Cristovam Buarque, ex rector de la Universidad de Brasilia y ex gobernador esta ciudad, ocupará la cartera de Educación. El médico Humberto Costa será el ministro de Salud y la ex secretaria de Minas y Energía de Río Grande do Sul, Dilma Roussef, ocupará el ministerio de esta misma área. Como secretario nacional de Derechos Humanos Lula designó a Nilmario Miranda.

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