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› BUSH REFUERZA EL DESPLIEGUE MILITAR EN EL GOLFO PERSICO
Irak hace daño, Corea del Norte no
En el primer signo de escalada militar contra Irak, EE.UU. está desplegando 17.000 soldados en la zona del Golfo Pérsico.
Por Javier del Pino
Desde Washington
La escalada militar de Corea del Norte, una potencia nuclear, que salpica su acumulación de armas con amenazas verbales hacia EE.UU., se puede afrontar “de manera pacífica a través de la diplomacia”, según el presidente George W. Bush. En cambio, Irak, cuyo arsenal de armas de destrucción masiva es indemostrable o inexistente, puede “dañar nuestra economía” si ataca a EE.UU. Por eso el primer conflicto está en un segundo plano mientras se mantiene la amenaza militar contra Saddam Hussein. Bush trató de aplacar las críticas de quienes ven claras incoherencias en su manera de afrontar los dos problemas. Al mismo tiempo, envió a la zona del Golfo Pérsico a 17.000 soldados más con material de ataque.
En los últimos días, varios políticos demócratas y alguno republicano han lamentado en público el doble rasero que emplea la Casa Blanca en la medición de las amenazas exteriores. Algunas críticas, discretas al principio pero cada vez más aireadas, reprochan los esfuerzos del gobierno de Bush por restar importancia a la tensión que ha generado el rearme nuclear de Corea del Norte, decorado con diatribas antiestadounidenses.
Una de las opiniones más severas en contra de la política internacional de la Casa Blanca aparecía en una carta abierta firmada por Warren Christopher, ex secretario de Estado, en The New York Times. Christopher pedía al gobierno pruebas claras y decisivas sobre el grado real de amenaza que representa Irak. A menos que existan esas pruebas, “las amenazas de Corea del Norte y del terrorismo internacional son más inminentes que las que presenta Irak”.
Bush, que no ha alterado su calendario de vacaciones en el rancho de Texas, usó por primera vez una argumentación económica para justificar una hipotética campaña militar contra Irak: “Un ataque de Saddam Hussein o un aliado suyo dañaría nuestra economía. Un Saddam con armas de destrucción masiva supone una amenaza para la seguridad de los estadounidenses”, aseguró Bush. Al mismo tiempo, el presidente volvió a pronunciar una afirmación que en este momento de escalada militar parece un desliz verbal algo ilógico: “No sabemos si Saddam Hussein tiene o no tiene un arma nuclear”, dijo Bush, aunque recordó los esfuerzos del presidente iraquí por conseguir un arma de este tipo a comienzos de la década pasada.
Los servicios de espionaje estadounidenses y británicos estiman que Irak tardaría cinco años en desarrollar ese armamento si pudiera reanudar su programa, o sólo un año si consiguiera comprar los elementos fuera de sus fronteras. En cambio, Corea del Norte tiene al menos dos bombas nucleares y puede construir una al mes si pone en marcha el proceso, especialmente ahora que ha expulsado del país a los inspectores de desarme.
Aun así, el rechazo a los acuerdos de desarme y la reciente agresividad del régimen norcoreano pueden resolverse “pacíficamente a través de la diplomacia”, asegura Bush. El caso de Irak, según el presidente, es diferente porque “esta economía (la estadounidense) no puede permitirse un ataque”, dijo el presidente.
Lo que sí puede permitirse es el costo de una guerra, cifrado por la oficina presupuestaria de la Casa Blanca entre 50.000 y 60.000 millones de dólares si la intervención es rápida y sin incluir gastos de reconstrucción. El anterior equipo económico de Bush, despedido hace algunas semanas, consideraba que el gasto sería muy superior, hasta 200.000 millones de dólares.
Mientras tanto, EE.UU. continúa su acumulación de personal y material militar en la zona con el envío de 17.000 soldados de una división de infantería de Georgia. Los soldados recibieron en fin de año la orden de movilización hacia el Golfo Pérsico. Es el contingente de mayor envergadura desplegado hasta ahora; incluye también el envío de tanques, helicópteros de ataque y tropas de asalto. El Pentágono ha canceladotambién el regreso a EE.UU. del portaaviones “Abraham Lincoln”. Los inspectores de la ONU harán su valoración de la cooperación iraquí el día 27 ante el Consejo de Seguridad, una fecha que se ha convertido en el examen final del que depende el ataque de EE.UU. El secretario general, Kofi Annan, en declaraciones a una radio israelí, aseguró el martes que Irak “está cooperando. Los inspectores están haciendo su trabajo sin impedimentos. Por tanto, no veo razón alguna para una acción militar inmediata”.