En el primer debate televisivo de la campaña de Brasil de cara a octubre, la candidata petista, Dilma Rousseff, reforzó el mensaje de la continuidad del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que su principal rival, José Serra, postulante de la socialdemocracia, apuntó a la inseguridad. También participaron del evento, transmitido por la emisora Bandeirantes, Marina Silva, candidata del Partido Verde, y Plinio Sampaio, postulante del Partido Socialismo y Liberación (PSOL). Rousseff llegó al primero de tres duelos con una ventaja de diez puntos sobre Serra, según la última encuesta que amplía la diferencia en un eventual ballottage.

Entre los temas de seguridad, educación y salud, José Serra se explayó más con el primero. Dijo que el gobierno federal debe hacer más por combatir el crimen organizado. “El combate no puede ser apenas estadual. Vamos a crear un ministerio de la seguridad.” Usó este y otros temas para criticar al gobierno, pero se cuidó de no mencionar la palabra “Lula”, un presidente que se va del Planalto con alta aprobación.

Su contrincante petista, un poco más vacilante en algunos tramos, dijo a su turno que la salud, la educación y la seguridad son temas prioritarios y deben ser atendidos en simultaneidad. “Es fundamental el tratamiento de la mujer y los niños desde el nacimiento: voy a completar el sistema único de salud empezado por este gobierno”, señaló en cuanto a la salud. Más adelante tuvo oportunidad de enfatizar que el Departamento de Estado de Estados Unidos se congratuló por cómo Brasil cuida su frontera en el combate al narcotráfico.

De acuerdo con la encuesta de Sensus para la Confederación Nacional de Transportes, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) encabeza con 41,6 por ciento las intenciones de voto, contra el 31,6 del candidato paulista del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en la primera vuelta del 3 de octubre.

Se trata de la mayor diferencia que la ex ministra de la Casa Civil durante el gobierno de Lula Da Silva logra en los sondeos de opinión desde que comenzó hace dos meses a revertir la tendencia que le resultaba desfavorable. La encuesta divulgada ayer, y que tiene un margen de error de 2 por ciento, ubica a la candidata del Partido Verde, Marina Silva, en un tercer lejano lugar, con 8,5 por ciento. También para la segunda vuelta del 31 de octubre, la consultora Sensus prevé un escenario en que la candidata petista se impone con el 48,3 por ciento, contra 36,6 por ciento del tucano.

A poco de conocerse las cifras, el senador Sergio Guerra, coordinador de la campaña de Serra, descalificó el sondeo de Sensus a través de su Twitter al señalar que la “elección es cosa seria. No comentamos encuestas de Sensus”, en un intento de desconocer los resultados.

Ricardo Guedes, responsable de la encuesta, mencionó como posible que el futuro presidente de Brasil sea elegido en la primera vuelta al entender que a la luz de los resultados conocidos ayer la posibilidad de que alguno de los candidatos obtenga más del 50 por ciento “es un escenario que no se puede descartar”.

Guedes sostuvo que en las próximas semanas, cuando se inicie la campaña por televisión, Rousseff “puede mejorar” en las encuestas porque podrá beneficiarse “con los logros sociales del gobierno”.

La encuesta Sensus también muestra un crecimiento de la aprobación del gobierno de Lula, con el 77,5 por ciento para la gestión y un 80,5 por ciento para su figura.

Las encuestas también comenzaron a revelar el mapa electoral que podría registrarse en los 26 estados federales y que reproducen la polarización que se registra en la disputa por el Planalto, a través de candidatos que apoyan a la delfín de Lula o al ex gobernador paulista.

Según las principales encuestas conocidas en Brasil, los aliadas de la candidata del PT encabezan las intenciones de voto para la gobernación de 16 estados, mientras que los alineados con el candidato del PSDB ganan en once distritos.