El gobierno uruguayo le aceptó la renuncia al jefe de la Armada y designó a un reemplazante interino. La fuerza afronta denuncias por fraude y su ex titular, Oscar Debali, resultó salpicado. La oposición pidió que se continuara investigando las compras falsas de material.

La Armada está en el ojo de la tormenta por las “compras fantasma” que esa fuerza realizó en 2008. Desde que se destapó el escándalo, al menos cinco oficiales fueron separados de su cargo. Uno de los marinos fue procesado con prisión por la desaparición de 436 vales de combustible, por un valor conjunto de 330 mil dólares. El agregado militar en Brasilia, Gerardo Feble, fue relevado de su puesto. También se enjuició a un integrante de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) por haber alertado a oficiales de la Armada que serían indagados.

En las últimas horas procesaron al sobrino de Debali, lo que provocó su salida de la Marina. Se trata del teniente de navío Ernesto Menafra, que está acusado por el delito de peculado, es decir, la apropiación de caudales públicos. El sobrino de Debali integraba la Quinta División del Estado Mayor. Menafra entró a la Armada en 1994 y tres años después pasó a encargarse del área de Telefonía, sector en el que la Justicia investiga algunas maniobras poco claras. La vinculación de Menafra con el escándalo de corrupción superó a su tío, quien presentó su renuncia indeclinable al ministro de Defensa uruguayo, Luis Rosadilla. “Ni el presidente ni el ministro ponen en duda la honorabilidad del almirante Debali. Comprendemos su situación sin que afecte la consideración que tenemos por su labor”, remarcó el ministro y ex militante tupamaro.

Rosadilla dijo a la prensa que el lunes a la noche trató el asunto de la dimisión de Debali con el presidente José “Pepe” Mujica. El Ejecutivo uruguayo designó a Hugo Viglietti como el reemplazante interino de Debali. Según dijo la prensa uruguaya, Mujica recomendó esperar hasta que terminen las investigaciones por los casos de corrupción antes de nombrar al nuevo jefe de la Marina. Entretanto, el ministro de Defensa prometió cambios en la fuerza y adelantó que será un antes y un después en la vida institucional de la Marina, pero no dio más precisiones.

Rosadilla mantuvo entrevistas con los partidos de la oposición y con la conducción del gobernante Frente Amplio. El presidente del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, declaró que la renuncia de Debali como comandante en jefe de la Armada lo tomó por sorpresa. “Queremos que se aclare y se investiguen cuanto antes estos hechos. Estamos sorprendidos por la renuncia y hablamos de este tema con el ministro. Respaldamos que se continúe por el camino de la Justicia”, dijo Lacalle. El líder colorado Pedro Bordaberry les dio su apoyo a las iniciativas del actual gobierno. “Se tiene que seguir investigando porque hay responsabilidades políticas que vienen del gobierno pasado”, apuntó Bordaberry e hizo blanco en el ex presidente frenteamplista Tabaré Vázquez.

El comandante de la Fuerza Aérea también se hizo eco de la renuncia de Debali. Tras la ceremonia del Día de los Mártires de la Aviación Militar, José Bonilla reconoció que la situación de la Armada afectó a las demás fuerzas. “Siempre repercute, repercute en la sociedad, por lo tanto también en la fuerza. Las fuerzas son distintas. Si bien llevamos el mismo uniforme, que alguno salga de la ética que tiene que tener no hace a los demás iguales”, se despegó el jefe de la Fuerza Aérea.

Semanas atrás, la Justicia uruguaya posó la lupa sobre la Marina. Una denuncia anónima les llegó a los tribunales especializados en Crimen Organizado, en la que se alertaba sobre irregularidades cometidas por el Comando General de la Armada en 2008. A raíz de ese anónimo, la jueza Graciela Gatti dispuso unas pesquisas y constató que no estaban en su lugar una grúa hidráulica y un banco de prueba para motores, que habían sido adquiridos hace dos años por el valor de 600 mil dólares.