EL MUNDO › MORALES BUSCA DESTRABAR LAS PROTESTAS LUEGO DE DOS SEMANAS
Los manifestantes, en huelga de hambre, exigen más desarrollo en el departamento más pobre de Bolivia. Y reactualizan el reclamo de resolver el conflicto de límites con Oruro. Ayer desbloquearon las rutas.
› Por Sebastián Ochoa
Desde La Paz
Luego de dos semanas de paro general en Potosí, el gobierno de Evo Morales comenzó a negociar con los manifestantes, quienes exigen más desarrollo en el departamento. Mil potosinos mantienen una huelga de hambre, entre otras medidas de presión. Ayer pudieron pasar los puntos de bloqueo decenas de turistas europeos, que fueron presas del desabastecimiento, restaurantes cerrados y cajeros automáticos sin dinero en la capital potosina. Liberarlos era una condición del Poder Ejecutivo para iniciar el diálogo, que se prevé será largo por la cantidad de demandas del departamento más pobre del país.
El conflicto se originó por los difusos límites entre los departamentos de Oruro y Potosí. Nunca hubo mucho problema por ello hasta que se descubrió en el cerro Pahua un yacimiento de piedra caliza. Se calcula que allí podría funcionar una fábrica de cemento por 40 años. Para los potosinos, es de la comunidad de Coroma. Para los orureños, es de la comunidad Quillacas. Ante la falta de intervención del gobierno nacional, los potosinos armaron un pliego de demandas y fueron al paro. Exigen la definitiva delimitación entre Coroma y Quillacas, además que la fábrica de cemento se instale en Potosí.
Los manifestantes también piden que sea preservado el cerro Rico, insignia de Potosí. Luego de siglos de escarbarlo, está a punto de derrumbarse por los grandes huecos en su interior. Los mineros proponen rellenarlo con hormigón. Otra demanda es poner en funcionamiento nuevamente la planta metalúrgica de Karachipampa. Fue usada hasta 2006 por la empresa estadounidense Atlas, que decidió desactivarla. Según el gobierno nacional, se busca otra corporación que desee hacerla trabajar. De no encontrar un capitalista, el Estado se ocupará de operarla.
Los manifestantes, reunidos en el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), reclaman la construcción de un aeropuerto internacional, como el que Morales prometió crear en la ciudad de Uyuni, cercana al salar. También piden el tendido de nuevos caminos, o terminar los ya empezados, para mejorar el comercio.
“No es un problema de fondo, sino de velocidad. Hay ciertas reivindicaciones que requieren su tiempo para buscar financiamiento y analizar las mejores soluciones”, dijo el vicepresidente, Alvaro García Linera, sobre los cinco puntos.
Félix Gonzales, gobernador de Potosí por el Movimiento Al Socialismo (MAS), se sumó a la huelga de hambre para reclamar la atención del gobierno de su partido. En La Paz, legisladores de ese departamento por el MAS y otras siglas se agregaron hace una semana a la medida para exigir la apertura del diálogo.
Desde un principio, el Comcipo solicitaba que el presidente se reuniera con ellos. Pero como esto no sucedía, tampoco aceptaban negociar con sus ministros. En dos ocasiones dejaron plantados a los funcionarios del gobierno y a representantes de Oruro, quienes habían concertado dialogar en ciudades neutrales.
La firmeza de los potosinos se hizo notar el lunes pasado, cuando no dejaron aterrizar a un helicóptero contratado por la Embajada de Francia para sacar del bloqueo a cuatro turistas enfermos de ese país. En ese momento había 60 europeos varados y con hambre, 40 de ellos franceses.
Entonces los ministros accedieron a reunirse en Potosí, siempre y cuando cedieran las medidas de presión. Paralelamente, se trataría la cuestión limítrofe en la ciudad de Sucre, una de las dos capitales de Bolivia.
En todo Potosí hay desabastecimiento de alimentos y combustibles. A diario la población se enfrenta en los mercados por ver quién compra primero lo último que queda. Ayer, los líderes de la huelga permitieron que los negocios y los bancos abrieran durante medio día. Pero las rutas interdepartamentales siguieron cerradas, por lo que era imposible conseguir productos como carne o leche.
Antes de viajar a Sucre, los dirigentes del Comcipo advirtieron que no negociarán los límites con Oruro. Solamente harían exposiciones académicas para demostrar que el cerro con piedra caliza es de Potosí.
El lunes, el gobernador de Oruro, alcaldes y representantes de varias instituciones presentaron un documento donde aseguran que “nuestro departamento está sufriendo constantes avasallamientos por comunarios de Coroma. Ante esta situación conflictiva, los orureños ratificamos que nunca renunciaremos a nuestra soberanía territorial, por lo que asumiremos una defensa férrea del territorio de nuestro departamento”. Anoche continuaban en diálogo.
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