Desde Moscú

Anna Chapman, la glamorosa figura en el centro del escándalo de espionaje de este verano entre Estados Unidos y Rusia, ha sido amenazada con una acción legal por una sesión de fotos que marcaron su primera entrada en la vida pública rusa después de un intercambio de prisioneros de alto perfil. Un corto video que se vio on line ayer mostraba a Chapman llegando a un hotel cinco estrellas en Moscú, aparentemente para una sesión de fotos para una revista femenina rusa.

Chapman subió una nueva fotografía de su perfil a Facebook anteriormente este mes. Parecía haber sido tomada en el Hotel Baltschung Kempinski, uno de los más caros de la capital rusa. El diario Komsomolskaya Pravda reimprimió la imagen. Fuentes en los medios rusos dicen que la sesión de fotos fue para la edición de octubre de la revista femenina rusa Zhara. Las fotos no irán acompañadas por una entrevista, por orden de los jefes de Chapman..

Maxim Korshunov, el jefe editor de Zhara, dijo que su revista pensaba demandar a Chapman y a Komsomolskaya Pravda por violación de copyright, ya que la espía rusa no tenía derecho a poner on line las fotos exclusivas antes de su publicación. Los términos del acuerdo que los supuestos diez espías firmaron en Estados Unidos, antes de ser deportados, le prohíben para siempre ganar dinero vendiendo su historia. No resulta claro cuánto del acuerdo tendría valor ahora que Chapman está en Rusia. Ayer, ella negó haber recibido dinero por la sesión de fotos y afirmó que no había acordado aparecer en cualquier revista. “Las nuevas fotos publicadas hoy en Internet fueron tomadas para mi uso personal y la gente que las publica/imprime/vende no tiene derechos sobre ellas”, escribió en Facebook.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.