El ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim (foto), admitió la posibilidad de continuar en el cargo si la oficialista, Dilma Rousseff, resultara electa en octubre, pero la candidata desautorizó toda discusión sobre la conformación de su eventual gobierno. No obstante, Amorim entendió que “nadie puede ser arrogante y decir que no quiere prestar su colaboración (al próximo mandatario), si me pidieran un consejo yo puedo darlo”. Al mismo tiempo, trascendió ayer en los medios locales que Marco Aurelio García, actual asesor internacional de Lula, puede ser consejero de Rousseff a partir del 10 de enero de 2011. García aseguró que no trató ese tema específico con la candidata y opinó que si ella es electa como sucesora de Lula, las directrices de la política externa serán similares a la del actual gobierno. Pero ante la cantidad de rumores que comenzaron a generarse la semana pasada cuando las encuestas reafirman sus proyecciones de un triunfo en primera vuelta, la economista dijo “desautorizar” cualquier negociación sobre cargos en un eventual gobierno suyo.