EL MUNDO › EL ANUNCIO DE OBAMA NO HABLA DE “MISIóN CUMPLIDA” EN IRAK
El mensaje del presidente en el horario central desde el Salón Oval –que es el segundo de este tipo desde que asumió, en enero de 2009– marcó la partida de la última de las fuerzas de combate de Estados Unidos de Irak.
› Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
Barack Obama anoche le bajó la cortina a la larga, costosa e inconclusa guerra con Irak, en medio de la indiferencia de un país ahora preocupado por la economía y virtualmente nada más. El discurso del presidente en el horario central desde el Salón Oval –que es el segundo de este tipo desde que asumió en enero de 2009– marcó la partida de la última de las fuerzas de combate de Estados Unidos después de un conflicto de siete años y medio, que costó unos 900 mil millones de dólares y en el que 1,5 millón de soldados y más de 4400 civiles murieron.
Pero aun antes de que hablara, los funcionarios de la Casa Blanca señalaban que no habrá ninguna alusión a “misión cumplida”, como proclamaba la bandera flameante detrás de George W. Bush, el predecesor de Obama cuando anunció prematuramente la victoria militar en Irak desde la cubierta del portaaviones USS Abraham Lincoln, en mayo de 2003.
La administración está muy consciente del último resurgimiento de violencia en Irak y del impasse político que evita la formación de un nuevo gobierno iraquí desde la elección general en marzo. Mientras Obama daba su discurso, el vicepresidente Joe Biden estaba en Bagdad, ostensiblemente para una ceremonia de “traspaso de mando”, pero sobre todo para poner presión nueva sobre los líderes de Irak para tratar de solucionar sus diferencias.
Aun con la partida de las tropas de combate y la Operación por la Libertad iraquí reemplazada por Operación Nuevo Amanecer, quedarán 50 mil soldados estadounidenses, algunos para conducir la operación de contraterrorismo contra una todavía amenazadora organización Al Qaida en Irak, pero básicamente para entrenar a las fuerzas iraquíes para que tomen control total de la seguridad del país. En teoría ese momento llegará dentro de dieciséis meses, cuando está programado que se retire la última fuerza.
“Para fin del año que viene, todas nuestras tropas estarán de regreso”, declaró el presidente en el último discurso radial semanal. Sin embargo, hay muchas dudas de si se puede cumplir esa fecha final, no sólo entre los políticos iraquíes temerosos de que una total retirada de Estados Unidos dejará un peligroso vacío de seguridad, sino también entre los especialistas de Irak aquí, quienes creen que, les guste o no, Washington se verá envuelto en Irak durante años. “Estados Unidos puede estar anunciando la ‘retirada’ de sus fuerzas de combate”, advirtió ayer Anthony Cordesman, del think-tank Centro de Estudios Estratégicos Internacionales. “El hecho es, sin embargo, que la retirada de Estados Unidos está lejos de haberse terminado; la guerra de Irak no terminó, no se ‘ganó’ y cualquier forma de situación final estable en Irak es probablemente imposible antes de 2020”.
Aun así, el presidente insistió anoche en que, al terminar la misión de combate de Estados Unidos, estaba cumpliendo una promesa clave de campaña, terminar una guerra que describió como “tonta” aun antes de que Bush lanzara la invasión liderada por Estados Unidos en marzo de 2003. Su desafío inmediato ahora es asegurarse algún crédito por este logro, no sólo internamente, sino en un mundo musulmán cada vez más desilusionado con él. En Estados Unidos, la guerra de Irak puede estar terminando, pero la aún más prolongada guerra en Afganistán se intensifica. Más importante aún, la tambaleante economía y el empeoramiento del marcado laboral son virtualmente lo único que les importa a los votantes estadounidenses, decididos a darles una paliza a los demócratas del presidente en las elecciones de mitad de término en noviembre.
Robert Gibbs, el vocero de la Casa Blanca, dijo que Obama anoche también discutió nuevos pasos para impulsar la economía. Estados Unidos puede haber gastado más de 50 mil millones de dólares en la reconstrucción de Irak, pero “la nación que él quiere reconstruir es la nación en la que vive, los Estados Unidos de América”, le dijo Gibbs a ABC TV.
Mientras tanto para la audiencia de Obama en el mundo árabe, la retirada de las tropas de combate de Irak contrasta con su fracaso para cerrar la prisión de Guantánamo y la falta de progreso en Medio Oriente desde que asumió, a pesar de la reanudación esta semana de conversaciones directas entre los israelíes y los palestinos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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