A fines de noviembre, Fidel Castro y Hugo Chávez viajaron a Quito para inaugurar un complejo arquitectónico cultural. El entonces presidente electo Lucio Gutiérrez inició rápidamente un viaje a Colombia para evitar la foto. Hoy, cuando ya sea el presidente a secas de Ecuador, la foto será una realidad: él, Chávez, Fidel y hasta el mismísimo Lula. La interpretación clásica de la foto diría que es una imagen de la caída del neoliberalismo en la región. A Gutiérrez no le disgustaría, pero prefiere que las semejanzas se detengan en Lula. Con un Congreso opositor y una economía dolarizada, el coronel que lideró un golpe en enero de 2000 contra Jamil Mahuad inicia hoy una experiencia nueva de poder en Ecuador, sustentada en el movimiento indígena y en un grupo de militares nacionalistas. “A mí me eligieron para que el país cambie. O cambio al país, o me voy. O muero en el intento. O me echan, si es que comienzo a gobernar de espaldas al pueblo ecuatoriano”, dijo el fin de semana.
El gabinete de Gutiérrez es tan variado como el de Lula. A la Sociedad Patriótica 21 de Enero, el partido del presidente que aglutina a quienes fueron sus militares leales, le corresponden los ministerios de Bienestar Social (Patricio Ortiz), Energía y Minas (Carlos Arboleda) y Defensa (Nelson Herrera). El poderoso movimiento indígena Pachacutik se hará cargo de Relaciones Exteriores (Nina Pacari) y Agricultura (Luis Macas). Habrá una pata empresaria en el Ministerio del Interior (el banquero y empresario Mario Canessa) y en Economía se sentará el economista de tendencia neoliberal Mauricio Pozo. Hay cuatro mujeres en el gobierno, algo inédito en Ecuador: la mencionada Pacari, la primera canciller indígena del país, la ex embajadora en Washington Ivonne Baki en Comercio Exterior, Doris Solís en Turismo y Rosa María Torres en Educación.
Hay dos problemas básicos que también emparentan a Lucio Gutiérrez con Lula: un Congreso opositor y unas restricciones económicas que no dejan un infinito margen de maniobra. En el Parlamento unicameral de 100 bancas, la mayoría es del derechista Partido Social Cristiano (PSC), con 26 escaños, seguido del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), del ex candidato presidencial, el magnate bananero Alvaro Noboa, e Izquierda Democrática. Los conflictos comenzaron incluso antes de que Gutiérrez asuma, cuando el PSC se negó a colocar a un presidente del Congreso en su condición de partido mayoritario, haciendo peligrar la asunción misma del presidente.
Las restricciones económicas están dadas por una economía dolarizada, esto es, donde el virtual Banco Central es la Reserva Federal norteamericana, un déficit fiscal de 400 millones de dólares, un riesgo país que alcanza los 1700 puntos y una deuda pública externa de 11.359 millones de dólares, de los cuales Ecuador deberá cancelar alrededor de 2000 millones de dólares durante 2003, 500 millones ya en marzo. El movimiento Pachacutik le ha dicho varias veces a Gutiérrez que “no siga los dictados del FMI” y que revea la dolarización, pero el presidente ha dicho que no lo hará “por los problemas técnicos que generaría”.
Por lo pronto, sus ministros se preparan para lo que será un gobierno realmente nuevo en el país. Tal es el caso de la canciller Pacari, que ayer fue purificada con ortigas en una ceremonia indígena de “florecimiento” en la base del volcán Pichincha, en el norte del país, para que su gestión sea exitosa. Por otra parte, el contralor general de Ecuador, Alfredo Corral, pidió a Gutiérrez que presente su declaración de bienes como manda la Constitución antes de ser investido en el cargo.
Gutiérrez será proclamado hoy al mediodía en el Congreso nacional. Además de Lula, Chávez y Fidel estarán los presidentes de Perú, Chile, Bolivia, Colombia y El Salvador y el príncipe de España, Felipe de Borbón. Algunas fuentes brasileñas indicaron que por la tarde, en lujoso hotel de Quito, Lula propondrá ante los mandatarios presentes la creación del Grupo de Amigos para solucionar la crisis en Venezuela (ver nota aparte). Mientras, Gutiérrez tendrá su primer baño de multitudes en el EstadioOlímpico Atahualpa, con capacidad para 45.000 personas, donde se colocará la banda presidencial “ante el pueblo”, como él mismo manifestó.