Jue 16.01.2003

EL MUNDO

Cómo crear un desastre en cinco meses de gobierno

Al menos 11 muertos y decenas de heridos entre manifestantes y represores era el saldo hasta ayer de las protestas contra Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia.

Hace cinco meses que Gonzalo Sánchez de Lozada asumió la presidencia de Bolivia y ahora enfrenta la peor crisis de su gobierno. El descontento es general: los campesinos cocaleros reclaman el libre cultivo de coca y los jubilados la indexación de sus jubilaciones. Estos dos sectores paralizaron el tránsito cortando las principales rutas de Bolivia y llegaron a cuatro los campesinos muertos en los enfrentamientos con la policía. Ayer, cinco militares recibieron heridas de bala durante una emboscada en el Chapare, la zona que se disputan las fuerzas militares y los productores de coca. También ayer, chocó el micro al que un grupo de manifestantes jubilados había sido obligado a subir. Murieron cinco ancianos y dos choferes. Desde Ecuador, donde asiste a la investidura del presidente Gutiérrez, Sánchez de Lozada dijo que las muertes “no son de mi gobierno”. Diferentes sectores pidieron su renuncia “por incapaz”.
Los militares heridos fueron internados de emergencia en Santa Cruz, a 900 kilómetros al este de La Paz. Desde que el lunes cortaron las rutas del centro del país, los productores de coca vienen enfrentándose ferozmente con patrullas combinadas de militares y policías. Los dos bandos se disputan la región del Chapare, un viejo centro de distribución de droga ubicado entre Cochabamba y Santa Cruz. Ayer, hubo tres campesinos muertos que se sumaron al que murió el martes durante uno de los enfrentamientos. Hasta ahora, los heridos suman 16 entre los uniformados y 40 entre los campesinos. En medio del descontento, un equipo de mediadores de la Defensoría del Pueblo, la Asamblea de los Derechos Humanos y la Iglesia Católica intenta reestablecer el diálogo entre el gobierno y los cocaleros. El secretario general de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), Sacha Llorenti, denunció que las fuerzas de seguridad persiguen a los dirigentes cocaleros que comandan los cortes. El tránsito entre los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz estaba paralizado. Mientras, el líder cocalero y diputado socialista Evo Morales dijo que el conflicto por sus reivindicaciones podría terminar planteando la renuncia de Sánchez de Lozada, por “la represión” del gobierno.
El lunes que viene, se reanudarán las sesiones parlamentarias y el Movimiento Al Socialismo, la primera fuerza de oposición y que responde a Evo Morales, anunció que podría pedir la renuncia del presidente por violación de derechos humanos. Ayer, durante una asamblea popular en la plaza San Francisco de La Paz, grupos de jubilados y trabajadores pidieron la renuncia del presidente y el vicepresidente, Carlos Mesa, “por incapaces”. Luego hubo una marcha multitudinaria hasta la casa de gobierno en protesta por la muerte de los jubilados en la localidad de Panduro, en el departamento de Oruro. Allí chocaron dos micros contratados por el gobierno para trasladar a los jubilados que habían iniciado una marcha hacia La Paz y que fue disuelta en la madrugada por soldados y policías. Los ancianos reclamaban el respeto a sus jubilaciones. Según el representante de los jubilados, Wenceslao Argandoña, éstos fueron obligados a subirse al micro dispuesto para el operativo. El secretario de Relaciones de la Confederación de Rentistas y Jubilados, Justo Juan de Dios, acusó a Sánchez de Lozada y a Mesa de falta de capacidad y sensibilidad para resolver los problemas del país. De todas formas, la caravana de jubilados hacia La Paz se reanudó, mientras que otros miles de ancianos cortaron la ruta que une Bolivia con Chile. En Cochabamba, la policía reprimió a estudiantes de la universidad estatal que pedían que se respete la autonomía universitaria.
Ayer, la populista Nueva Fuerza Republicana (NFR), segunda fuerza de oposición, llamó a una cumbre de partidos políticos y organizaciones sociales para frenar la violencia que vive Bolivia. El ex capitán Manfred Reyes Villa, líder del NFR y candidato a la presidencia en las elecciones del 2002 que ganó Sánchez de Lozada, dio una conferencia de prensa. “Nos interesa pacificar el país y no profundizar el modelo neoliberal. En seis meses, el gobierno de Sánchez de Lozada no hizo nada”, declaró Reyes.

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