EL MUNDO
Cuatro días de guerra cocalera que ya dejaron 18 muertos y 60 heridos
Piquetes de cocaleros paralizaron ayer por cuarto día consecutivo la principal ruta comercial de Bolivia. El presidente pidió negociaciones con el líder Evo Morales mientras seguían aumentando las bajas.
“Quiero hablar con Evo porque los dos tenemos que definir qué vamos a hacer para salvar al país", dijo ayer el presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada al invitar al dirigente cocalero Evo Morales a una reunión de negociación en la ciudad de Cochabamba. Desde hace cuatro días, los piquetes cocaleros paralizan la principal ruta comercial de Bolivia. La ruta atraviesa la zona del Chapare, un antiguo centro de distribución de cocaína que ahora es disputado por los militares y miles de campesinos cocaleros liderados por Morales. Ya son cinco los campesinos muertos por enfrentamientos con la policía y el ejército. Y trece los muertos por accidentes relacionados con los cortes de ruta. El presidente propuso a los cocaleros levantar los piquetes a cambio de retirar las tropas militares del Chapare. Puso como plazo las 15 horas pero Morales se opuso a la propuesta por considerarla "demagógica".
El estallido social apuró el regreso de Sánchez de Lozada, que estaba en Ecuador para asistir a la asunción del presidente Lucio Gutiérrez. "Estoy obligado a mantener libre el tránsito porque es un derecho constitucional del pueblo boliviano", dijo al referirse a los piquetes cocaleros. A éstos les propuso "un desarme espiritual": suspender los piquetes a cambio de retirar las tropas militares del Chapare. El presidente puso como plazo las 15 de ayer y citó a Morales para una reunión a las 18 en la ciudad de Cochabamba para reanudar la negociación que, sin éxito, comenzaron en septiembre pasado. Pero los cocaleros se negaron a levantar los cortes. Según el líder del movimiento cocalero y diputado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, la propuesta de Sánchez Lozada es "engañosa" y "demagógica". Morales declaró que era imposible que el gobierno retirara antes de las 15 las tropas que le tomó una semana llevar hasta el Chapare. El año pasado, Morales salió en segundo lugar en las elecciones presidenciales que ganó Sánchez de Lozada. Ayer, el dirigente cocalero acusó al gobierno de Sánchez de Lozada de distraer a la opinión pública porque "está preparando el estado de sitio" y lo describió como "una dictadura a la que es hora de derrocar".
Sin embargo, aceptó reunirse con el presidente en Cochabamba, a 450 kilómetros de La Paz, si el gobierno garantiza la seguridad de los dirigentes de todos los sectores. "El bloqueo será levantado sólo si hay resultados favorables para todos. El movimiento cocalero no sólo pide la plantación de coca sino la lucha porque no se saque el gas por Chile hacia Estados Unidos ni se sume el país al ALCA", indicó Morales. Entre 1997 y 2002, los gobiernos de Hugo Banzer y Jorge Quiroga eliminaron más de 60.000 hectáreas de coca ilegal en el Chapare, la zona donde ahora los campesinos liderados por Morales luchan por el derecho a cultivarla libremente.
Los cuatro días de bloqueos ya cobraron la vida de 18 personas por la represión armada en el Chapare y accidentes relacionados con las protestas populares. En cuatro días de enfrentamientos con fuerzas combinadas del ejército y la policía, cinco cocaleros murieron, el último de ellos ayer a la madrugada en un tiroteo en la localidad de San Julián, cerca del Chapare. El resto de los muertos son siete viajeros y seis ancianos que formaban parte de una manifestación que el miércoles fue desbaratada por la policía, que los hizo subir a un micro que luego chocó. Aunque su reclamo es otro, los jubilados también protestan con marchas y piquetes como los cocaleros. Desde hace una semana, 10.000 ancianos marchan desde Calamarca, en el Altiplano, hasta la sede del gobierno, en La Paz. Exigen la indexación de sus jubilaciones al nivel de la inflación y no de acuerdo con el dólar. Para apaciguar los ánimos, Sánchez de Lozada anunció que el vicepresidente Carlos Mesa se reunirá con la Confederación de Jubilados de Bolivia para buscar una solución. Sin embargo, el máximo dirigente de los jubilados, Wenceslao Argandoña, rechazó el llamado del presidente al diálogo y dijo que la marcha, interrumpida el miércoles por la policía, continuará hasta la capital. Después de cuatro días de enfrentamientos en el Chapare, hay varios heridos por armas de fuego: 40 cocaleros y veinteuniformados, que el miércoles fueron emboscados en un paraje de esa región. Según la oficina boliviana de Derechos Humanos, hay decenas de campesinos detenidos.
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