EL MUNDO › DESPUéS DE VEINTITRéS DíAS, SUSANA VILLARáN FUE CONFIRMADA GANADORA
Villarán venció a su rival conservadora Lourdes Flores. Por segunda vez en la historia de Perú, una fuerza progresista asumirá el poder en la capital. La demora en dar los resultados siembra preocupación para los comicios del 2011.
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Terminó la incertidumbre. Finalmente, Susana Villarán, 61 años, de la izquierdista Fuerza Social, fue confirmada como la ganadora de las elecciones para la alcaldía de Lima, realizadas el 3 de octubre. Una confirmación que demoró veintitrés interminables días, en los que quedaron en evidencia la lentitud y las deficiencias de las autoridades electorales. Esta demora no tiene precedentes y siembra preocupación y dudas para las elecciones presidenciales de abril de 2011. Con este triunfo, la izquierda asumirá el gobierno de la capital del país por segunda vez en su historia; la anterior fue en 1983.
“Me comprometo a gobernar con limpieza, con honestidad, a sacarme la mugre (trabajar muy fuerte) para darle a Lima lo que quiere: una Lima para todos”, fueron las primeras palabras de Susana Villarán, después que su rival, la derechista Lourdes Flores, finalmente aceptara ayer su derrota, algo a lo que se había resistido por más de tres semanas. “Reconocemos que hay una triunfadora en las elecciones y es Fuerza Social y su candidata, Susana Villarán, a quien saludo y le deseo el mejor de los éxitos”, fueron las palabras con las que Flores admitió su derrota, poniendo así fin a su larga agonía de veintitrés días. “Lourdes Flores ha reconocido la verdad, que yo he ganado. Estoy muy contenta”, respondió poco después Villarán. De esta forma, llegaba a su fin el proceso electoral más largo e incierto que se recuerde.
Todo pudo haberse definido en no más de 48 horas, cuando dos días después de las elecciones los resultados oficiales correspondientes al 74 por ciento confirmaban la victoria de Villarán –adelantada por todas las proyecciones extraoficiales el mismo día de las elecciones– por una diferencia estrecha, de unos 40 mil votos, que los expertos coincidieron en definir como irreversible. Pero la derecha se negó a admitir lo inevitable y jugó a prolongar el mayor tiempo posible una definición. La observación del 26 por ciento de las actas, por errores menores que no cambiaban el sentido de la votación, detuvo el conteo oficial y retrasó todo el proceso. Entonces vino la incertidumbre, alimentada por la mayor parte de los medios que, desafiando las cifras, alentaron la posibilidad de una victoria de la derecha. Pero, a medida que las observaciones se resolvían y las actas entraban al conteo, las cosas no cambiaron. Sin embargo, cuando el conteo oficial había superado el 90 por ciento de los votos y Villarán mantenía su ventaja, los voceros de Lourdes Flores insistían en decir que su candidata era la ganadora. Su estrategia fue impugnar una gran cantidad de actas en las que ganaba la izquierda para intentar revertir el resultado en la mesa, pero esas impugnaciones fueron rechazadas.
Recién ayer, luego de que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) dio los resultados del 97 por ciento que confirmaban a Villarán como ganadora con 38,39 por ciento contra 37,57 por ciento de Flores, que representa una ventaja de 36.492 votos, y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) desestimó las primeras 81 actas impugnadas por el equipo legal de Lourdes Flores, la candidata de la derecha se quedó sin juego y se presentó ante los medios para admitir su derrota. “Damos por terminada nuestra participación en esta contienda”, dijo, rodeada de sus colaboradores más cercanos y congresistas de su partido. Flores, que participó en estas elecciones en un intento por relanzar su carrera política luego de dos derrotas consecutivas en las elecciones presidenciales de 2001 y 2006, y que partió como la gran favorita, se veía afectada al admitir su nuevo fracaso electoral. La rodeaban caras largas y desencajadas. Pero no quiso irse sin dejar de sembrar dudas sobre la victoria de Susana Villarán y cuestionó la decisión del JNE de rechazar la impugnación de actas presentada por sus asesores legales.
Villarán, que ayer finalmente pudo celebrar sin reservas una victoria que tenía en el bolsillo desde hace tres semanas pero que no se hacía oficial, dijo que “perdonaba” a su rival por los ataques que le lanzó en la campaña. Flores había acusado a la candidata de la izquierda de tener vínculos con el terrorismo. Acusación que no tenía ningún sustento, pero que se repitió permanentemente durante la campaña. “No podemos tener rencores. Hay cosas que me hirieron en esta campaña, pero ya la perdoné”, dijo Villarán, antes de ir a su local partidario a celebrar la confirmación de su triunfo. Al momento del envío de esta nota, los partidarios de la futura alcaldesa de Lima, que asumirá el cargo el próximo 1º de enero, se comenzaban a congregar frente al local de Fuerza Social para un festejo largamente esperado.
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