Martes, 2 de noviembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › COMIENZA LA DISPUTA ENTRE LOS ALIADOS PARA LOS PRINCIPALES CARGOS DEL GOBIERNO DE DILMA ROUSSEFF
La presidenta electa dijo que hará anuncios en bloque. Y ya avisó que demandará nivel profesional, liderazgo y compromiso de quienes aspiren a integrar su gobierno. Se descuenta que todos los nombres pasarán por la oreja de Lula.
Por Santiago O’Donnell
Dilma Rousseff pasó su primer día como presidenta electa en Brasilia, poniendo en funcionamiento su equipo de transición para manejar el recambio con el actual equipo de gobierno, y el equipo político para encarar las negociaciones con los partidos que forman parte de la coalición del gobierno. También se reunió con dos miembros del entorno del presidente Lula, su secretario privado, Gilberto Carvalho, y su asesor en política internacional, Marco Aurelio García, y atendió llamadas de felicitación de los principales líderes del mundo, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Francia y Venezuela, Barack Obama, Nicolas Sarkozy y Hugo Chávez, respectivamente.
Por la noche dio su primera entrevista como presidenta electa a Rede Globo, uno de los medios que más la atacó en la campaña. Vestida de turquesa con volados, se la veía relajada mientras le mostraban segmentos biográficos de su vida, y sonrió más que en cualquier acto de campaña, sobre todo cuando mostraron el día en que Lula la nominó candidata y la bautizó “la madre de los PAC”, uno de los planes sociales más importante del gobierno. Antes mostraron el momento cuando, siendo interpelada como ministra, un senador de la oposición la acusó de haber mentido cuando estuvo presa, y su respuesta firme y emocionada, en la que dijo que había sido salvajemente torturada y se enorgullecía de no haber entregado a ningún compañero.
“La democracia lleva a la gente por caminos que durante la dictadura estaban cerrados. Lo que hacemos ahora era impensable en la dictadura. Reclamos salariales, huelgas, marchas estudiantiles: todo eso era motivo de cárcel inmediata”, dijo Dilma.
En la entrevista le preguntaron pero no dio pistas sobre el futuro gabinete. Sólo dijo que no hará anuncios individuales, sino nombramientos en bloque.
Hoy por la mañana la presidenta electa tenía previsto tomarse un avión para irse a descansar a su casa de Porto Alegre hasta el viernes. Ese día tiene programada su primera reunión formal como presidenta electa con Lula, a quien acompañará a la cumbre del G-20 en Seúl que empieza dentro de ocho días.
Mientras, en la capital volaban rumores sobre la posible formación del futuro gabinete. Una fuente que estuvo en contacto con la presidenta electa en las últimas horas fue enfática en asegurar a Página/12 que Dilma todavía no había ofrecido a nadie un cargo en el futuro gobierno. Sin embargo, antes de partir a Porto Alegre, la presidenta electa dejó algunas señales.
Para el equipo de transición nombró a dos figuras de peso dentro del partido, el ex ministro de Hacienda Antonio Palocci y el ex intendente de Porto Alegre Fernando Pimentel. Para el equipo político apeló al presidente del PT José Eduardo Dutra y al joven diputado paulista José Eduardo Cardoso, secretario general del PT, a quien los analistas indican como el futuro operador político de Dilma.
Quienes conocen a Rousseff aseguran que lo suyo no es la negociación política y le auguran un rol más ejecutivo, en particular en el área de energía y minas, que son su especialidad. “Mi tarea es conversar con todos los partidos para escuchar sus pretensiones y luego elevarlas a la presidenta electa para que forme el equipo de gobierno”, dijo Dutra ayer. Rousseff avisó que demandará nivel profesional, liderazgo y compromiso de quienes aspiren a integrar su gabinete. Y se descuenta que todos los nombres pasarán por la oreja de Lula.
En el equipo económico que hoy lidera el ministro Guido Mantega no se prevén grandes cambios, al menos en lo inmediato, para no alterar a los mercados. Incluso se habla de la continuidad del socialdemócrata Henrique Meirelles al frente del Banco Central.
En política exterior suena el nombre de Marco Aurelio García, coordinador político de la campaña de Dilma, para reemplazar al canciller Celso Amorim, Los analistas dicen que Dilma necesitará un ministro experimentado en un área donde ella no tiene tanta, considerando el alto perfil internacional que adquirió Brasil durante la presidencia de Lula. Otro nombre que suena para el puesto es el del vicecanciller Antonio Patriota. Pero la ronda de negociaciones recién empieza.
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