Jue 04.11.2010

EL MUNDO  › EL PREMIER SóCRATES HABíA AMENAZADO CON RENUNCIAR

Portugal aprobó el ajuste

El paquete económico del Ejecutivo socialista pasó gracias a la abstención del principal partido de la oposición, el Social Demócrata. Los sindicatos realizarán una huelga general.

El Parlamento portugués aprobó ayer el controvertido presupuesto nacional para el año que viene, con el que la administración socialista pretende bajar el déficit del 9,3 al 4,6 por ciento. Para que su plan de ajuste pasara, el gobierno de José Sócrates negoció con la oposición.

El paquete económico del Ejecutivo logró sortear los escollos y pasó gracias a la abstención del principal partido de la oposición, el Social Demócrata (PSD). Sólo los 97 diputados que tiene el gobierno minoritario del premier Sócrates votaron a favor del proyecto, cuando el Parlamento está compuesto por una totalidad de 230 congresistas. Para que los socialdemócratas no votaran en contra, la bancada oficialista tuvo que negociar una reducción de los aumentos de impuestos y la revisión de las obras públicas contempladas en el presupuesto. En la partida de gastos para el 2011, se planea congelar las pensiones, reducir los salarios y realizar un drástico corte en la inversión pública. Asimismo, se prevé una suba del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 21 al 23 por ciento.

El debate llevó dos días, en los que por izquierda y por derecha llovieron críticas al primer ministro luso por la crisis en la que está sumergido el país. El Ejecutivo busca con este proyecto cumplir con las exigencias de la Unión Europea y calmar la presión de los mercados sobre su deuda externa.

Por su parte, Sócrates insistió una y otra vez en que era fundamental recortar el gasto público para salir de la crisis en la que se hunde cada vez más el país. Según el político socialista, todos los problemas que vive Portugal se deben a las turbulencias financieras internacionales y a los ataques especulativos contra el euro y la economía portuguesa. El Ejecutivo impulsó el pacto con el PSD por temor a que el rechazo del Parlamento deteriorase aún más la confianza de los inversores extranjeros y Portugal no tuviese otra opción que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Antes de la adopción definitiva del plan de gastos, éste tiene que recibir la luz verde de parte de la Comisión de Presupuesto del cuerpo legislativo luso. Se prevé que este tema se trate en una sesión a fin de mes. Pero el gobierno de Sócrates sabe que esto es sólo una formalidad.

En marzo, Lisboa había presentado un primer paquete de medidas llamado Programa para la Estabilización y el Crecimiento (PEC). Con esa herramienta, el gobierno buscaba reducir el déficit presupuestario record del 9,4 al 7,3 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). Para el 2011, planeaba anclarlo en el 4,6. Ese recorte resultó ineficiente y, en mayo, Sócrates tuvo que romper su promesa electoral y anunció una suba de impuestos.

De no aprobarse el presupuesto, una crisis política se iba a sumar a la debacle económica que ya vive Portugal. Sócrates había amenazado con renunciar si su propuesta de gastos no lograba el visto bueno de los parlamentarios. “Este presupuesto va a proteger a la nación”, festejó la noticia el premier luso. Portugal vive acosado por el fantasma del desempleo, que trepa al 10,7 por ciento. El crecimiento económico está estancado hace una década, pero el descontento social no deja de elevarse. El próximo 24 de noviembre, los dos principales sindicatos portugueses llevarán a las calles sus reclamos en la que será la primera huelga general conjunta en 22 años.

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