Lunes, 29 de noviembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › POLICíAS Y MILITARES TOMARON EL CONTROL DE UN COMPLEJO DE 12 FAVELAS; LOS LíDERES NARCOS HABRíAN HUIDO POR LOS DESAGüES
El asalto al Complejo Alemao llegó al expirar el ultimátum que había dado la policía. Encontraron escasa resistencia al ingresar.
La policía y las fuerzas armadas brasileñas lanzaron ayer el mayor operativo contra las favelas de Río de Janeiro. El gobernador carioca, Sergio Cabral, festejó la acción y agradeció al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, aunque los uniformados aún no pudieron dar con los más de 500 narcotraficantes que estaban atrincherados y que no acataron el ultimátum para rendirse. Los jefes narcos se podrían haber fugado por la red de desagüe y algunas bandas estarían pensando en atentar contra el estadio Maracaná.
El asalto comenzó ayer temprano. Los agentes llegaron con vehículos y helicópteros blindados al Complejo Alemao, el principal refugio de los narcotraficantes y donde viven unas 400 mil personas. Los militares tardaron cerca de dos horas en ocupar algunos de los puntos más altos de la colina. Una vez apostados allí, pasaron a controlar estratégicamente las doce favelas que conforman el Alemao, según informaron fuentes oficiales. En ese tiempo, no hubo enfrentamientos armados sino esporádicos tiroteos.
El asalto al complejo llegó al expirar el plazo que la policía les había dado el sábado a los narcos para que entregaran sus armas y se rindieran. El complejo había sido cercado después de que el viernes hubiesen llegado cientos de narcos, que la semana anterior habían protagonizado episodios de violencia en las favelas de Vila Cruzeiro. Antes de que se iniciara el operativo fueron capturadas 31 personas que intentaban huir del lugar, pero no cayeron detenidos los principales cabecillas.
“Vencimos, trajimos la libertad para el Complejo del Alemao”, festejó el comandante de la Policía Militar de Río de Janeiro, Mario Sergio Duarte, aunque tuvo que aclarar que la tarea aún no estaba terminada. “Ahora comienza el trabajo de búsqueda y detención de los marginales”, advirtió el jefe policial, que está a cargo de la operación en la que participan unos 2600 efectivos, entre los que se cuentan 800 integrantes del Ejército y 106 de la Marina. El coronel Lima Castro informó que los uniformados lograron ocupar la lujosa residencia de uno de los principales jefes del crimen organizado pero Pezao, como se lo conoce, no estaba ahí. Según el vocero, la policía habría incautado unas tres toneladas de marihuana, diez armas de guerra y granadas. Unas diez personas se habrían entregado y un sospechoso murió baleado.
Entre los apresados figura Zeu, quien está condenado por la muerte del periodista Tim Lopes, que fue asesinado en 2002, cuando ingresó en una favela para hacer una nota para la televisión local acerca de la venta de drogas en ese lugar. A pesar de que unos 800 oficiales del Ejército seguían firmes en los 44 puntos de salida del complejo, el general Adriano Pereira Junior admitió que varios narcos podrían haberse fugado, especialmente a través de la red de desagüe. “Creo que esa posibilidad existe. Ellos conocen perfectamente el terreno y la chance de huir a través de los caños existe, pero no tenemos información sobre ese tema porque no-sotros no controlamos este tipo de vías de escape”, sostuvo. El comisario Marcos Vinicius Braga acordó con esa hipótesis, especialmente por la escasa resistencia que las fuerzas legales se encontraron al ingresar a las favelas. “La situación se presenta alarmantemente tranquila. Esto no es normal”, apuntó.
El gobernador Cabral no prestó atención a esas advertencias ni a la falta de capturas de jefes narco. “Este hecho fue histórico: recuperamos las favelas para el Estado democrático y doy mi agradecimiento al presidente Lula y, en especial, al ministro de Defensa, Nelson Jobim”, celebró. El político carioca agregó que esta operación puso fin a “treinta años de abandono” y aprovechó para lanzar una de las quejas preferidas de la derecha. Según el dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), antes hubo políticos que confundieron la ley con los derechos humanos y eso impidió erradicar a los delincuentes de las favelas.
En tanto, se conoció que los miembros de las bandas que controlan Mangueira, una de las doce favelas, planeaban atentar contra el Maracaná, el estadio donde se jugará la final del Mundial de 2014.
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