Lun 06.12.2010

EL MUNDO  › SEGúN LOS NUEVOS CABLES QUE DIFUNDIó WIKILEAKS, BRASILIA NEGó LA PRESENCIA DE GRUPOS EXTREMISTAS EN SU PAíS

EE.UU. y Brasil colaboraron contra el terrorismo

De acuerdo con los archivos secretos, el gobierno norteamericano mostró recelo por la relación entre Lula y Sarkozy. En otro documento, Washington denunció a los donantes privados sauditas como principal fuente de financiación de Al Qaida.

Nuevos cables revelaron ayer una cooperación estrecha entre Estados Unidos y Brasil en la lucha contra el terrorismo y una supuesta predilección del Palacio del Planalto por unos aviones de guerra estadounidenses. También estaba entre las preocupaciones de la Casa Blanca la cercanía entre el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par francés, Nicolas Sarkozy. Otro informe filtrado indica que donantes sauditas serían los principales sostenes económicos de los grupos terroristas islámicos.

El ventilador de Wikileaks no se apaga y recién fueron difundidos sólo un poco más de mil cables de los 250 mil filtrados. Tampoco logra sofocarse el escándalo en la administración de Barack Obama. Según la prensa local, la Casa Blanca estaba ayer pasando una crisis en su servicio diplomático mientras trataba de identificar a los autores de los memos más polémicos. “Esa es otra parte de la tragedia”, se lamentó un funcionario de seguridad. “Vamos a tener que sacar a alguna de nuestra mejor gente porque se animaron a informar la verdad de los países en los que están asignados”, dijo al sitio web The Daily Beast. Los telegramas difundidos ayer son:

Brasil. En enero de 2008, la embajada estadounidense en Brasilia alertó sobre la presencia de redes islámicas al interior de las fronteras del gigante sudamericano; especialmente se hace mención de supuestas células de Hezbolá en San Pablo. Sin embargo, los diplomáticos norteamericanos destacan que existe una cierta preocupación social al respecto, pero que el gobierno brasileño se niega a catalogar, como lo hace Washington, a Hamas, a Hezbolá o a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como grupos terroristas. En julio de 2009, el jefe de la policía federal brasileña, Daniel Lorenz de Azevedo, habría admitido ante la Cámara de Diputados de ese país que en abril se habría arrestado a una persona con vínculos con la red Al Qaida, lo que después fue negado por otros funcionarios. En octubre de 2009, la embajada hace un racconto de los lazos entre Washington y Brasilia. “La relación entre los Estados Unidos y Brasil es tan productiva y tan amplia como nunca había sido en las últimas décadas, y es resultado de la cordial conexión personal ya establecida entre el presidente Obama y Lula da Silva, la que se edificó sobre la excelente relación que Lula tenía con el ex presidente (George W.) Bush”, dice el cable. Y agrega: “Internacionalmente, la cooperación está frecuentemente limitada por la poca predisposición del gobierno brasileño de hablar contra las acciones antidemocráticas en el hemisferio (Venezuela y Cuba), para dar pasos proactivos en cuestiones clave como no proliferación nuclear, contraterrorismo”. Pero las relaciones militares serían más que buenas. Operativamente, la policía federal, la aduana y otros organismos trabajarían junto con los agentes estadounidenses.

También la competencia entre la firma francesa Dassault, la sueca Saab y los Estados Unidos para vender 36 aviones caza a Brasil apareció en los cables filtrados por Wikileaks. Según un informe de julio de 2009, el jefe de la fuerza aérea brasileña se habría mostrado más proclive a la oferta norteamericana. Pero queda claro que a Washington le gusta poco y nada la cercanía entre el Palacio del Planalto y el Elíseo. En un cable de noviembre del año pasado, la embajada estadounidense en París se refiere a la creciente relación franco-brasileña bajo el auspicio de Lula y de Sarkozy. El telegrama relata que los dos mandatarios se reunieron por primera vez en 2007 y allí comenzó el love affair por su visión compartida del multilateralismo. Más allá de los elogios que ambos se dispensaban, había un solo escollo en la relación, cuentan los diplomáticos estadounidenses: Lula no hablaba ni inglés ni francés, por lo que todo quedaba en mano de los intérpretes. Según el cable, París usó la cercanía con Lula para posicionar mejor al avión Rafale como la opción para modernizar la fuerza aérea brasileña y sacarles chances a sus competidores estadounidenses y suecos. “Siendo una relación estratégicamente simbiótica, el interés francés en Brasil parece beneficiar a los dos países. La decisión de Lula de apoyar la adquisición del avión de combate francés indica la profundización de la relación franco-brasileña y demuestra el creciente éxito político, diplomático y comercial del cortejo de Sarkozy”, se lee en el memo.

Otro punto en la agenda entre Brasil y Estados Unidos fue Hugo Chávez. En marzo de 2007, el canciller Celso Amorim habría dicho: “La orientación política de Hugo Chávez no es la de Brasil, aunque los brasileños no se sienten amenazados por Chávez. Pero esa impresión no sería compartida por el ministro de Defensa, Nelson Jobim, que piensa que Caracas sería una “nueva amenaza” para la estabilidad regional. “Los brasileños consideran plausible una incursión militar de Chávez en un país vecino, por su carácter imprevisible”, afirma un telegrama secreto de 2008.

Al Qaida. Estados Unidos denunció que la principal fuente de financiación de la red terrorista serían los donantes privados de Arabia Saudita, según sostiene una nota de la embajada estadounidense en Riad de 2009. “Si bien el reino de Arabia Saudita se toma en serio la amenaza del terrorismo al interior de su país, ha sido un importante desafío persuadir a los funcionarios saudíes de que trataran la financiación del terrorismo que emana desde allí como una prioridad estratégica”, dice un cable de diciembre del año pasado que tiene como fuente a la Secretaría de Estado. Según ese mismo telegrama, Riad habría dado algunos pasos importantes en la criminalización de los aportes al terrorismo y restringido la salida de fondos, pero las medidas fallaron, según los diplomáticos estadounidenses, al no incluir a “organizaciones multilaterales” como la Organización Internacional de Socorro Islámico (IIRO), la Liga del Mundo Musulmán (MWL) y la Asamblea Mundial de Jóvenes Musulmanes (WAMY), que serían las que girarían los aportes a los grupos extremistas.

Los estadounidenses también afirman que Al Qaida, los talibán afganos y paquistaníes, así como el movimiento Hamas, recaudarían millones de dólares durante la peregrinación a La Meca o durante el ayuno del Ramadán. Según la Casa Blanca, Qatar sería el país de la región que menos cooperaría para poner freno a la financiación de los grupos terroristas.

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