El embajador estadounidense en Brasil, Thomas Shannon, le recomendó hace unos meses al vicecanciller y al futuro titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, que Brasilia revise su política de aproximación con Teherán, según surgió de nuevos documentos filtrados por Wikileaks.

De acuerdo con un informe emitido por la embajada norteamericana en la capital brasileña, Shannon le habría recomendado en febrero de este año al Palacio del Planalto que “se mueva con cautela en relación con Irán”. La sugerencia del enviado de la Casa Blanca habría sido formulada en un encuentro con Patriota, ex embajador en Washington y próximo canciller de la presidenta electa, Dilma Rousseff. “Los recientes hechos de represión, incluyendo la ejecución de manifestantes, son una señal de lo que podrá ocurrir en el futuro y alimenta dudas sobre si el gobierno iraní podrá hacer frente a las críticas de la comunidad internacional”, habría alertado Shannon meses atrás.

La relación entre Luiz Inácio Lula da Silva y su par iraní, Mahmud Ahmadinejad, se volvió más estrecha en mayo de este año, cuando el mandatario brasileño viajó hasta Teherán para devolver una visita que el líder persa le había hecho a finales de 2009. Como parte de ese vínculo, Brasilia respaldó el desarrollo de un programa nuclear propio con fines pacíficos. Además, el gigante sudamericano votó contra las sanciones impulsadas por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Durante su encuentro de febrero con Shannon, el futuro canciller de Rousseff habría reconocido que “Lula está pagando un costo político internacional por su acercamiento a Irán”. Además, habría agregado que algunos dirigentes de la comunidad judía local habrían cuestionado fuertemente al mandatario. Aunque el diplomático habría admitido que existe una “desconfianza grande” sobre Teherán, al que la Casa Blanca y sus aliados acusan de estar desarrollando tecnología para fabricar armas nucleares. “Nosotros no sabemos cuán sinceros son los compromisos asumidos por los gobernantes iraníes”, habría añadido Patriota.

Días atrás se conoció que Rousseff escogió a Patriota para ocupar la Cancillería, cargo en el que desde 2003 se desempeñaba Celso Amorim. Según publicó el diario Folha de Sao Paulo, la intención de la economista era darle esa cartera a una mujer, pero no había diplomáticas con puestos tan altos y con la suficiente experiencia para asumir al frente del Palacio de Itamaraty. Patriota, de 56 años, viene de familia diplomática y se graduó en Filosofía en la Universidad de Ginebra. Fue consejero en Beijing, en Caracas, y actuó ante misiones de la ONU. También ocupó la Jefatura de Gabinete del saliente canciller Amorim.