EL MUNDO › UN GRUPO ANARQUISTA ITALIANO SE ATRIBUYO EL ESTALLIDO DE DOS BOMBAS
La primera explosión sucedió en la Embajada de Suiza, donde una persona resultó gravemente lastimada. La segunda detonación ocurrió dos horas después en la Embajada de Chile y dejó otro herido. La alarma se propagó a todas las sedes diplomáticas.
Dos bombas estallaron ayer en las embajadas de Chile y Suiza en Roma, dejando a dos personas heridas. Si bien el alcalde de la capital italiana, Gianni Alemanno, enseguida vinculó los ataques con el terrorismo internacional, la pista más firme seguida por el gobierno era la que lleva a grupos anarquistas, según declaró ayer Roberto Maroni, el ministro del Interior de Silvio Berlusconi. Las sospechas resultaron confirmadas después de que un grupo anarquista se habría adjudicado la responsabilidad del atentado.
Pasado el mediodía de ayer, dos detonaciones sacudieron la calma del centro de Roma. La primera explosión sucedió en la Embajada de Suiza. Allí una persona resultó gravemente lastimada cuando estalló un paquete que había llegado hasta esa dependencia diplomática. El herido es un funcionario de la embajada, de 53 años, quien se encuentra internado en el Hospital Umberto I de la capital.
La segunda detonación ocurrió dos horas después en la Embajada de Chile, ubicada a unos pocos kilómetros de distancia. En ese ataque resultó herido el funcionario César Mella. El embajador de Chile en Italia, Oscar Godoy, relató a la prensa trasandina: “Los médicos están intentando recuperar lo máximo de su mano, que fue la parte más afectada. Tiene una córnea afectada, pero en un grado menor, y luego las esquirlas le tocaron la cara y el abdomen, pero son heridas menores. Salió bastante rápido del estado de shock y recuperó la conciencia”. El diario chileno La Tercera confirmó más tarde que los médicos debieron amputarle dos dedos, pero que el ojo derecho del hombre ya estaba fuera de peligro.
Después de los dos estallidos, la alarma se propagó en todas las sedes diplomáticas de Roma y las autoridades dispusieron inspecciones en esos edificios. En medio de ese temor, encontraron un paquete sospechoso en la representación de Ucrania que terminó siendo una falsa alarma, según informó el jefe de la policía romana.
Las autoridades italianas estaban investigando quiénes fueron los responsables de los artefactos explosivos. El derechista alcalde de Roma, Gianni Alemanno, alertó que las explosiones podrían deberse a una “ola de terrorismo internacional contra las embajadas, algo más preocupante que un solo atentado”. Pero el titular de la cartera del Interior, Roberto Maroni, enfocó la mira hacia otros grupos locales. “Estamos siguiendo la pista anarquista insurreccional”, explicó el funcionario de Berlusconi, que recordó que hechos similares ocurrieron en Grecia durante el último noviembre. El grupo extremista griego Conspiración de células de fuego reivindicó en noviembre pasado el envío de paquetes bomba destinados a dirigentes extranjeros y a embajadas en Grecia. El mes pasado, más de una docena de paquetes bomba, que contenían libros o informes vacíos llenos de pólvora, fueron enviados desde Atenas a jefes de gobierno europeos o a embajadas extranjeras.
Mientras la fiscalía seguía buscando pistas firmes, un grupo anarquista italiano llamado Federazione Anarchica Informale (FAI) reclamó la autoría de los dos atentados perpetrados ayer contra las representaciones de Chile y Suiza en Roma. Según informaron los medios locales, se habría encontrado un escrito en una pequeña caja junto a uno de los empleados que resultó herido, aunque no hubo mayores precisiones. “Hemos decidido hacer sentir de nuevo nuestra voz con las palabras y los hechos”, se leería en la declaración. “Destruyamos el sistema de dominio”, agregaba la carta firmada por una supuesta célula revolucionaria Lambros Fountas del grupo libertario. De todas formas, no queda claro por qué los atacantes habrían elegido las embajadas de Chile y de Suiza como blancos.
La supuesta confesión no aporta demasiado a las líneas que ya manejaban los investigadores italianos y sólo terminarían confirmando el perfil de los grupos anarquistas que tienen las autoridades. Según denuncian, los libertarios en Italia se caracterizan por cometer atentados con explosivos contra estaciones de la policía y los canales de televisión, así como por atacar contra postes de alta tensión y las centrales eléctricas en su faceta de “ecoactivistas”. Los funcionarios italianos calculan que hay centenares de militantes anarquistas.
La Federazione Anarchica ya había estado en la mira cuando varios políticos italianos recibieron paquetes explosivos años atrás, en el año 2003. Como publicó el diario español El País, los atentados se dieron en medio de lo que la agrupación denominó Operación Santa Klaus e incluyó el envío de sobres con explosivos a políticos europeos y entre ellos a Romano Prodi, por entonces presidente de la Comisión Europea.
Hace varios días que Italia está en alerta. El martes ya se había encendido la señal de alarma en el metro de la capital italiana, cuando un empleado de la empresa de transporte público Atac encontró un paquete bomba en uno de los vagones. Los expertos establecieron después que el artefacto contenía, en realidad, cemento y no pólvora.
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