Jue 06.02.2003

EL MUNDO

Arrimando un fósforo al polvorín nuclear en la península coreana

Corea del Norte, que reactivó sus programas nucleares de grado militar, amenazó ayer a EE.UU. con un ataque preventivo, mientras sigue la acumulación de fuerzas norteamericanas en la zona.

Por Jonathan Watts
Desde Pyongyang

Corea del Norte se considera con derecho a lanzar un ataque preventivo contra Estados Unidos en lugar de esperar hasta que los militares estadounidenses hayan acabado con Irak, dijo ayer la Cancillería del Norte a este diario. Advirtiendo que la actual crisis nuclear es peor que la de 1994, cuando la península estuvo al borde de desaparecer, un portavoz del ministerio exhortó a Gran Bretaña a usar su influencia con Washington para evitar la guerra. “Estados Unidos dice que, después de Irak, nosotros somos los próximos –dijo Ri Pyong-gap, subdirector del ministerio–, pero tenemos nuestras propias contramedidas. Los ataques preventivos no son un derecho exclusivo de Estados Unidos.”
Estos comentarios ocurrieron en un día de visible tensión en Pyongyang, con un ejercicio de guerra aérea que vació las calles de la ciudad y el anuncio por el Norte de que había comenzado operaciones de máxima escala en la planta nuclear de Yongbyon, del que se sospecha que está produciendo plutonio de grado militar. Desde la reapertura de la planta en diciembre, el Norte ha expulsado a inspectores internacionales y se retiró del tratado global para detener la proliferación de armas nucleares. La ansiedad en Corea del Norte ha aumentado desde que Washington anunció planes la semana pasada para reforzar su poderío militar en la zona. Bombarderos adicionales serán enviados a la región, junto con 2000 tropas extras que se unirán a las 17.000 ya estacionadas en la frontera NorteSur. También podría ser desplegado el portaaviones “USS Carl Vinson”. Y Japón dijo ayer que podría desplegar dos destructores cerca de Corea del Norte para detectar lanzamientos de misiles, ya que cree crecientemente probable que Pyongyang, como parte de su estrategia de amenazas, pruebe misiles balísticos.
De acuerdo a Pyongyang, el portaaviones “USS Kitty Hawk” ya ha tomado posición de tiro en aguas frente a la península. Estados Unidos dice que los refuerzos son necesarios para advertir a Pyongyang que no debe intentar aprovecharse de la concentración de Washington en Irak. Funcionarios norcoreanos temen que las fuerzas extras sean el comienzo de la acumulación con vistas a una confrontación en escala máxima, una conjetura peligrosa que podría empujar a la península al abismo. Durante la última crisis, cuando el Pentágono planeó un ataque quirúrgico a la planta nuclear de Yongbyon, los generales norteamericanos estaban convencidos de que el Norte lanzaría un ataque sorpresa antes que esperar la acumulación de fuerzas estadounidenses. Ri dijo que la confrontación de hoy es más peligrosa: “La situación actual puede considerarse más grave que en 1993. Un toque, y todo estalla”.
La crisis surgió en octubre, cuando un enviado estadounidense a Pyongyang confrontó con el régimen a raíz de sospechas de que Corea del Norte estaba involucrada en un programa de enriquecimiento de uranio, en violación del acuerdo de 1994 que terminó con la crisis anterior. Para castigar al Norte, EE.UU. cortó las entregas de 500.000 toneladas anuales de combustible pesado, un severo golpe para una nación desesperadamente carente de energía. El norte del país es la parte más afectada, pero los cortes de electricidad también ocurren en la capital, donde las temperaturas cayeron recientemente a 21 grados bajo cero.
Tanto Washington como Pyongyang dicen que están comprometidos en encontrar una solución diplomática, pero siguen estando muy alejados en sus demandas. Pyongyang quiere un tratado de no agresión, pero Washington ha dicho que no recompensará el chantaje y se ha limitado a sugerir solamente una garantía escrita de la seguridad del Norte. La preocupación por la crisis ha llevado a Corea del Sur y Japón a presionar a EE.UU. en favor de una política más blanda. Como señal de que esto puede estar funcionando, el subsecretario de Estado Richard Armitage dijo ayer por primera vez que EE.UU. mantendrá conversaciones directas con el Norte. “Es sólo una cuestión de cuándo y cómo lo hacemos”, dijo al Senado. Un desbloqueo importante todavía parece lejano. La Unión Europea planea enviar una delegación de alto nivel a Corea del Norte este mes para mediar, pero enviados similares de Corea del Sur y de Rusia lograron poco porque el Norte insiste en que el problema es un tema bilateral con Estados Unidos. Y Rusia subió un poco la tensión ayer al afirmar que Pyongyang podría tener varias bombas “sucias”, o radiológicas, en su poder.

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