Hugo Chávez y Juan Manuel Santos (foto) se reunieron ayer en Cartagena. La sorpresa del encuentro la aportó la visita del mandatario hondureño, Porfirio Lobo, con quien discutieron la posibilidad de que Tegucigalpa se reintegre a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que el país fue expulsado tras el golpe que derrocó en junio de 2009 al presidente constitucional Manuel Zelaya. “Me congratulo mucho en iniciar un movimiento para la incorporación de Honduras a los organismos regionales como la OEA y sobre todo que además permita que nuestros pueblos se unan cada vez más”, festejó Lobo ante la prensa. “Hemos hablado sobre el presidente Zelaya fundamentalmente. Sobre todo, les he informado sobre los avances que hay en este campo y el deseo y el anhelo de todos de que la relación se fortalezca cada vez más”, agregó. Santos guardó en secreto la llegada de Lobo hasta territorio colombiano y dio la noticia a último momento. El gobernante colombiano expresó su deseo de que sirva para reintegrar a Tegucigalpa al sistema regional. Los países que integran la Unasur, entre los que se cuentan Colombia y Venezuela, no reconocen al actual gobierno de Lobo, por lo que la reunión de ayer puede representar un giro en esa política. La reunión entre Chávez y Santos debió realizarse la semana pasada, pero el avión en el que se desplazaba el líder bolivariano sufrió un desperfecto mientras estaba en Bolivia, por lo que el encuentro debió postergarse. “Tenemos un mismo pasado, un mismo espíritu, un mismo barro, una misma carne, un mismo destino y un mismo futuro”, dijo Chávez al llegar a Cartagena, demostrando que quedaron atrás los recuerdos del primer semestre del año pasado, cuando Caracas y Bogotá habían roto relaciones. Durante las últimas semanas, funcionarios colombianos y venezolanos avanzaron en la redacción de un acuerdo para la lucha contra las drogas. De acuerdo con lo que publicó la prensa colombiana, la agenda de la reunión también establecía que los mandatarios trataran temas de desarrollo fronterizo, infraestructura, la cuestión energética y asuntos sanitarios. Fue la tercera cumbre entre Santos y Chávez desde el 10 de agosto.