EL MUNDO › EL CANDIDATO DE LA IZQUIERDA PERUANA RATIFICó EN LAS URNAS SU FAVORITISMO; PROMETIó HACER CONCESIONES POR LA UNIDAD NACIONAL
El conteo rápido de tres encuestadoras otorgó la victoria al candidato nacionalista y ubicaba a Keiko Fujimori como su futura contendiente. Pero el cómputo oficial parcial le daba margen a Pedro Pablo Kuczynski para pelear el segundo lugar.
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Fue el día de Ollanta Humala. El candidato de la izquierda peruana ratificó en las urnas su favoritismo. Ganó las elecciones de ayer, pero todavía debe enfrentar una segunda vuelta en su intento de llegar a la presidencia al no alcanzar el 50 por ciento más uno de los votos que necesitaba para una victoria definitiva. Según las cifras oficiales dadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), al 44 por ciento del total de votos, Humala obtuvo el 26,9 por ciento. Sin embargo, el conteo rápido de tres empresas encuestadoras y de la organización de observación electoral Transparencia coincidieron en darle el 31 por ciento. Humala repite su triunfo en primera vuelta del año 2006, pero como entonces deberá ir a un ballottage. En esa ocasión lo perdió con el actual presidente Alan García. En esta ocasión su rival sería Keiko Fujimori, la hija del ex dictador Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción. Sin embargo, el economista de la derecha Pedro Pablo Kuczynski, tercero en todos los conteos rápidos al cien por ciento pero segundo en un resultado oficial no resignaba su derrota. De cara a la segunda vuelta, Humala anunció, en sus primeras declaraciones luego de conocida su victoria, que estaba dispuesto a hacer concesiones “por la unidad nacional”.
A pesar que su triunfo estuvo claro desde los resultados a boca de urna divulgados inmediatamente después de cerradas las mesas electorales a las cuatro de la tarde (seis de la tarde hora argentina) que le daban una amplia ventaja, Humala esperó hasta la divulgación, a las ocho de la noche, de los primeros resultados oficiales parciales, para proclamar su victoria. “Hoy día estamos de fiesta. Ha habido un pronunciamiento claro del pueblo peruano que quiere una gran transformación”, inició su discurso de victoria ante la multitud de sus seguidores reunidos frente a su local partidario. Apareció en el estrado levantado para el mitin de celebración junto con su esposa y sus dos candidatos a la vicepresidencia. La multitud se había ido reuniendo desde temprano. Llevaban banderas peruanas y coreaban “Se siente, se siente, Ollanta presidente”.
El júbilo era desbordante. No habló de alianzas para la segunda vuelta. “Nuestro compromiso es con el pueblo peruano, con los más humildes. Queremos hacer una convocatoria a la unidad de todos los que quieren la gran transformación”, dijo y anunció que convocará “a todas las fuerzas sociales y laborales”, pero no habló de las fuerzas políticas. “necesitamos formar una mayoría social”, remató. Terminó pidiendo a sus seguidores que sigan trabajando para lograr el triunfo definitivo en la segunda vuelta. “Se necesita todavía un gran esfuerzo, pido a toda la militancia que se mantenga movilizada, no podemos descansar hasta ganar las elecciones”, exclamó el candidato de la izquierda, que ayer celebró, pero sabe que no fue una celebración definitiva.
Keiko Fujimori también celebró y Pedro Pablo Kuczynski se aferraba al resultado oficial al 44 por ciento (la mayoría de las actas eran de Lima, su bastión) que lo colocaba en segundo lugar para no admitir su derrota. Este resultado le daba a Kuczynski el 23,6 por ciento y a Keiko Fujimori el 21,8 por ciento. Sin embargo, el conteo rápido al cien por ciento de tres empresas encuestadoras que hicieron esta medición y de la organización electoral Transparencia Keiko se ubicaba en segundo con entre 22,5 y 23,3 por ciento, mientras Kuczynski tenía entre 18,7 y 19,7. Alfredo torres director de Ipsos Apoyo, una de las empresas que hizo el conteo rápido fue claro: “El segundo lugar ya está definido (a favor de Keiko Fujimori). Las cifras son irreversibles”.
Con estas cifras, Keiko Fujimori se proclamó como la rival de Humala en el ballottage. Lo hizo en un mitin ante sus partidarios, que celebraban el segundo lugar como una victoria. “El resultado es contundente. Estamos en segunda vuelta”, dijo. Keiko agradeció a su padre, el ex dictador Fujimori que purga condena por crímenes de lesa humanidad y corrupción. La acompañaban los más importantes colaboradores del gobierno autoritario de su padre.
Los partidarios de Kuczynski no se resignaban a la derrota. Cuando salió el resultado parcial de la ONPE celebraron que hubieran ganado. Kuczynski apareció ante sus seguidores para proclamar que iban segundos y el júbilo estalló. Pero inmediatamente pidió a sus seguidores “prudencia” para esperar los resultados. La celebración de los partidarios de Kuczynski hizo recordar al festejo de otra candidata de la derecha, Lourdes Flores, ahora aliada de Kuczynski, que en 2006 celebró por todo lo alto su pase a segunda vuelta y quedó fuera de ella desplazada por el actual presidente Alan García.
El ex presidente Alejandro Toledo, que hasta hace un mes era el gran favorito de esta elección, fue el gran derrotado. Quedó lejos del segundo lugar, con el 15 por ciento. Admitió temprano su derrota, y puso tres condiciones para apoyar a un candidato en la segunda vuelta: respeto a los derechos humanos, respeto a la democracia y la libertad de prensa y mantener el rumbo económico, pero dándole un mayor contenido social. Con esas condiciones y los antecedentes del fujimorismo en derechos humanos, democracia y libertad de prensa, resulta difícil un apoyo de Toledo a Keiko Fujimori. Pero con Humala lo separa el tema económico. El candidato de la izquierda propone cambiar el modelo neoliberal que Toledo defiende. Luis Castañeda, quinto con 10 por ciento, no ocultó su mayor cercanía con Keiko Fujimori. Marisol Pérez Tello, candidata a la vicepresidencia con Kuczynski, anunció que “si se confirma que Keiko pasa a segunda vuelta” apoyaría al fujimorismo, pero aclaró que era una opinión a título personal. Sin embargo, más allá de las decisiones de las dirigencias partidarias, ha quedado demostrado en varios procesos electorales que en Perú los partidos políticos no tienen capacidad de endosar sus votos. La elección también dejó un Congreso sin mayoría. Quien sea el próximo presidente tendrá que hacer alianzas en el Parlamento para gobernar.
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