Cinco nuevas fosas clandestinas que escondían más de 180 cadáveres de hombres y mujeres fueron descubiertas ayer en el estado de Durango, México. Con el último hallazgo ya son 45 las fosas clandestinas encontradas en el norte mexicano y cerca de 400 los cuerpos exhumados de ellas. El gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, descartó que los cadáveres hallados en ese territorio pertenezcan a inmigrantes, pero aventuró que podría tratarse de miembros del crimen organizado, policías o personas secuestradas. Con Durango, son siete los estados mexicanos en los que se han encontrado los depósitos ilegales.

Los trabajos de excavación de las fuerzas de seguridad de México en Durango comenzaron el 11 de abril pasado. El personal de Procuraduría General del país halló esa clase de pozos perecederos en diferentes barrios de ese territorio. Tras varios días de contradicciones y misterio respecto de la específica cantidad de víctimas halladas, el subsecretario de Seguridad Pública, Juan Rafael Rosales, confirmó ayer que en el barrio de Las Fuentes aparecieron 89 cuerpos: en Provincial, 13; en San Vicente, 56; en El Consuelo, 2, y en Valle del Guadiana 28.

Las autoridades a cargo de los operativos, así como las responsables del gobierno estatal, revelaron pocos detalles respecto de las características de los cuerpos. Según las fuentes, en las cinco fosas se encontraron 168 hombres y 12 mujeres –faltaron investigar los ocho cadáveres encontrados en el último operativo–. Algunos de ellos habrían sido sepultados hace más de cuatro años y otros sólo llevaban algunos meses bajo tierra.

No obstante, aseguraron que no poseen aún información alguna respecto de las identidades de las víctimas, ya que las autoridades no lograron obtener las muestras de ADN necesarias para llevar a cabo el estudio. “Estamos algo rebasados. Ya pedimos apoyo a personal de otros estados”, sintetizó Rosales. Las autoridades tampoco cuentan con datos acerca de los responsables de las fosas y las muertes.

Pese a la difusión del descubrimiento, las autoridades de Durango y las federales apuntaron que la cifra de fosas clandestinas halladas podría seguir creciendo, ya que los trabajos de excavación continúan llevándose a cabo. Días atrás, los funcionarios habían comenzado a realizar trabajos similares en el estado de Tamaulipas, donde se localizaron 40 fosas desde entonces a la actualidad, con 183 víctimas, en su mayoría sin identificar.

Ambos estados son linderos a la frontera con Estados Unidos. Tal información se había convertido, en un principio, en un detalle que indicaba fuertemente que los cadáveres hallados podrían pertenecer a inmigrantes indocumentados. En Tamaulipas, de hecho, el año pasado fueron asesinados 72 inmigrantes. Pero el gobernador de Durango negó ser el caso: “no somos un estado donde haya tránsito de migrantes”, dijo Herrera.

El funcionario prefirió el camino de crímenes resultado de enfrentamientos entre colectivos narcos o con la policía: “En gran parte son ajustes de cuentas entre grupos del crimen organizado, podrían ser también personas que fueron secuestradas y también posibles policías víctimas de los grupos narcos”, declaró en entrevista con MVS Radio.

En Tamaulipas, por el contrario, las autoridades gubernamentales no dudaron en señalar al cartel traficante de Los Zetas como el responsable por las fosas y los cuerpos sin vida hallados en ese territorio. Sin embargo, el titular del Consejo Nacional de Seguridad de México, Alejandro Poire, aseguró a los medios de comunicación locales que las condiciones de los diferentes estados son diferentes. “Hasta el momento, las hipótesis de investigación en el caso de Durango son diversas y muy diferentes a las que vimos en otros lugares.”

Además de Tamaulipas y Durango, las autoridades de seguridad y de la Procuraduría General llevaron a cabo investigaciones en otros estados de México, como Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Nuevo León y Chihuahua. Los investigadores localizaron la primera fosa clandestina en 2008 en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, de la que desenterraron 36 cadáveres. Según la información publicada en los medios de comunicación mexicanos, en los últimos cinco años, las fuerzas de seguridad federales encontraron 156 inhumaciones clandestinas, dentro de las que perecían 647 cuerpos. Para la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, la situación es gravísima. Según su último informe, existen 8898 cadáveres sin identificar en todo el país.