La Intifada palestina, iniciada a finales de septiembre del 2000, deja ya un número de 3000 personas muertas de forma violenta. Se llegó a esa cifra con un policía palestino que falleció ayer por las heridas de que fuera víctima hace una semana, durante una incursión del ejército israelí en Gaza. Según los cálculos oficiales, entre las víctimas hay 2249 palestinos y 695 israelíes, además de 43 extranjeros y 13 árabes israelíes. Los 3000 muertos incluyen numerosos nombres de niños y mujeres de ambas partes. El balance aumentó considerablemente en los últimos 12 meses, cuando se incrementó el número de atentados suicidas en suelo israelí, a la vez que se registraron violentos enfrentamientos en las ciudades de Jenín y Nablus, al norte de Cisjordania, e incursiones del ejército israelí en la Franja de Gaza. En represalia a los atentados suicidas, las fuerzas militares de Ariel Sharon reocuparon en el 2002 la casi totalidad de las ciudades autónomas palestinas de Cisjordania, salvo Jericó. Además, los soldados israelíes detuvieron a más de 5000 activistas y dinamitaron desde mediados de el año pasado 150 casas de presuntos terroristas palestinos.