EL MUNDO › DE A POCO SE CONSOLIDA LA CANDIDATURA DEL EX PRIMER SECRETARIO DEL PS FRANçOIS HOLLANDE
El viento sopla a favor para la interna del PS francés de este domingo: hecatombe de la derecha gobernante, degradación de la imagen del presidente Nicolas Sarkozy y simpatía de la opinión pública.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
El Partido Socialista francés aborda la última línea recta del proceso de la elección primaria con vistas a designar un candidato para las elecciones presidenciales de 2012 bajo un cielo sin nubes. Sondeos de opinión a favor, hecatombe de la derecha en el poder, degradación de la imagen del presidente Nicolas Sarkozy y, poco a poco, consolidación de la candidatura del ex primer secretario del PS François Hollande. Al mismo tiempo, el debate público organizado entre los seis candidatos que este domingo 9 de octubre participan en la primera vuelta hizo emerger algunas ideas nuevas en el seno de la llamada izquierda socialista, entre ellas figura el concepto clave de la campaña de uno de los candidatos, Arnaud Montebourg, la “desglobalización” o la “desmundialización”.
La elección primaria de este domingo le ofrece a la izquierda una tribuna que sobrepasa los límites de su electorado y sus simpatizantes. El PS calcula que si más de un millón de votantes participan en la elección ésta será un éxito. El proceso es inédito en la cultura política francesa. El voto no está reservado a los socialistas sino a todas las personas inscriptas en las listas electorales. La única condición para participar es pagar un euro y firmar una “carta de adhesión” a los valores de la izquierda. Esta metodología no restrictiva tuvo un efecto inesperado: muchos electores ecologistas, comunistas, centristas y conservadores piensan participar. Las encuestas de opinión revelan que entre una tercera parte y la mitad de quienes participarán este domingo no son electores socialistas. La configuración es paradójica: estos electores “extra muros” del socialismo francés no votarían por ningún candidato PS en la primera vuelta de las presidenciales del 2012, pero sí intervienen en la interna socialista para optar por el candidato que mejor les parece de cara a un duelo con la derecha. El razonamiento es el siguiente: si el próximo presidente es un socialista, entonces que sea el mejor de ellos.
Las encuestas internas adelantan una victoria aplastante de François Hollande ante la otra favorita, la actual primera secretaria del PS, Martine Aubry. Hollande podría obtener cerca del 45 por ciento de los votos. La cifra es insuficiente para evitarle una segunda vuelta el próximo 16 de octubre.
El candidato que más ha avanzado es Arnaud Montebourg y su idea de “desglobalizar” la sociedad. Montebourg ha logrado incluso atraer a los electores de la izquierda agrupados en el Frente de Izquierda. Esta figura emergente ha sido hasta hoy la única que ha tomado serias distancias con el liberalismo. “Propongo recuperar el control de la economía a través de la política”, dice, y agrega: “No derrotaremos a Nicolas Sarkozy respetando las tablas de la ley de la Organización Mundial del Comercio (OMC), no lo derrotaremos aplicando sus ideas. Lo derrotaremos combatiendo los prejuicios que nos condujeron a la quiebra”. Su proyecto de “desglobalización” apunta a “romper las cadenas ideológicas”, a “quebrar el orden antiguo”. De todos los candidatos, Arnaud Montebourg ha sido el más severo en sus propuestas contra la finanza y en su estrategia de incluir a los “olvidados de la globalización”. El diputado socialista hizo de los bancos su principal caballo de batalla. Para este legislador de 46 años, el “espíritu” socialista consiste en “desinflar” la esfera financiera y emplear “todos los medios para controlar los bancos”. En una entrevista con el diario Libération, Montebourg declaró que “a los bancos habría que cortarlos en pedazos. (...). Los bancos tienen una responsabilidad colectiva en el hundimiento del sistema financiero”.
Ningún otro candidato del PS ha hablado hasta ahora con esa agresividad. Frente a él, François Hollande es más modesto, casi un centrista solapado. Su programa plantea un plan nacional de educación, la reforma fiscal afín de reequilibrar las contribuciones “entre el capital y el trabajo”, la imposición de reglas al sistema financiero –no detalladas–, la instauración de un contrato generacional mediante el cual las empresas privadas conservarán a los empleados más veteranos mientras éstos transmiten el oficio a los nuevos jóvenes contratados. Los dos candidatos con más votos, Hollande y Aubry, no han dirimido aún la cuenta pendiente que tiene el PS con su propia definición: ¿qué es el socialismo europeo en tiempos de estragos capitalistas, cómo pasar a otra cosa después de los años de ambivalencia entre socialismo liberal y liberalismo social? El peso electoral que obtenga este domingo el ala izquierda del PS modificará en los próximos meses los ingredientes del discurso. Por ahora, el socialismo francés navega en el centro del río, midiendo con mucha prudencia la influencia de las costas.
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