Mar 04.10.2011

EL MUNDO  › LOS INSURGENTES LIBIOS ANUNCIAN UN GOBIERNO PROVISORIO

Cambia el Ejecutivo rebelde

Mientras persisten los combates entre las tropas contrarias y los leales a Khadafi, empeora la situación humanitaria en lugares como Sirte. En este bastión khadafista, los que huyen deben soportar bombardeos de ambos bandos.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) anunció la formación de un gobierno provisorio que regirá los destinos de Libia mientras continúen los choques entre los rebeldes y las fuerzas leales al coronel Muammar Khadafi. El jefe del CNT, Mustafá Abdel Jalil, que continuará conservando el rol de canciller, afirmó que asumirá al frente del gobierno hasta que el país sea liberado. “Pedimos al pueblo libio que tenga paciencia, el CNT y Mahmud Jibril llegaron a la conclusión de reformar el gobierno provisorio”, sostuvo el líder de los insurgentes, hablando en tercera persona. La mayoría de los carteras del nuevo gobierno permanecerán sin cambios (los ministros de Petróleo y de Finanzas, Alí Tarhuni, de la Información, Mahmud Shamam, de Defensa, Jalal al-Dighily, y del Interior, Ahmed al-Darrat, conservarán sus cargos). Entre los cambios en el Ejecutivo, se creará un ministerio dedicado exclusivamente a los mártires y víctimas de la guerra.

La cadena de televisión Al Jazzera señaló que los combatientes del CNT habían ganado posiciones cerca de Sirte, pueblo natal del líder libio. En estas incursiones, los rebeldes habrían tomado además la ciudad de Qasr Abu Hadi. La ofensiva empezó durante la tarde. La detonación de las explosiones comenzó a escucharse desde la ciudad. Fuentes locales advirtieron sobre la falta de agua y medicamentos, y la escasa provisión de energía eléctrica. También dijeron que muchos pobladores abandonaron la zona de conflicto. Los que logran huir de Sirte sostienen que se van porque están quedándose sin comida y agua, sin acceso a atención médica. Y que deben soportar los bombardeos provenientes de ambos bandos, más la intimidación de los partidarios rebeldes y khadafistas.

A tres semanas de haber comenzado el sitio a Sirte, mientras las fuerzas insurgentes continúan convencidos de que el fin de Khadafi se acerca y que los días del régimen están contados, Raslan Moufbah, comandante del CNT, aseguró que las fuerzas khadafistas repelen los ataques con misiles Grad y mantienen francotiradores en la zona. Por el momento, la información sobre la situación humanitaria en el frente de batalla era escasa o ambigua. Sin embargo, un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pudo sortear el cerrojo mediático e ingresó ayer a Sirte, uno de sus últimos bastiones en manos de las fuerzas leales al coronel libio, para distribuir ayuda médica.

“El equipo, que incluía a un médico, llegó al hospital de Ibn Sina, en Sirte, y entregó material quirúrgico para unas 200 personas que se encontraban hospitalizadas”, señaló un comunicado de la CICR, en su primera visita a la ciudad, denunciando la gravedad de la situación humanitaria. “Las condiciones bajo las cuales el personal médico ha tenido que trabajar durante las últimas semanas han sido muy difíciles”, dijo Hichem Khadraoui, a cargo de la operación. “El hospital tiene una enorme afluencia de pacientes, los suministros médicos se están agotando y hay una necesidad desesperada de oxígeno. Además, el depósito de agua está dañado”, prosiguió.

Fuentes de un hospital de campo, ubicado 50 kilómetros al oeste de Sirte, señalaron que fueron advertidos para que se prepararan a recibir un aluvión de heridos. Las fuertes lluvias que cayeron sobre Trípoli y provocaron la inundación de amplias zonas de la ciudad y el cierre de caminos complicaron aún más el panorama.

No obstante, los combatientes del CNT no están satisfechos con la actuación del CICR y señalan que entregan suministros a la ciudad en lugar de evacuar a los heridos y buscar a los residentes desaparecidos. Las fuerzas rebeldes esperan que el CICR asistan a los civiles heridos que se levantaron en armas en apoyo de la CNT y rescaten a los hombres que se encuentran encerrados en una prisión en la ciudad.

En este contexto, la OTAN admitió que había iniciado contactos con el CNT para esclarecer la desaparición de misiles y otras armas en Libia, por lo que consideró necesaria la participación de inspectores internacionales. El encargado de asegurar esta versión fue el mismo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien ratificó la preocupación de la Alianza por el destino de las armas. El viernes pasado, desde su cuenta de Twitter, Rasmussen se refirió a la operación que se lleva adelante en Libia. El funcionario calificó la intervención el Libia como “una muestra de fuerza y solidaridad, incluso en este contexto de crisis económica”.

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