EL MUNDO › OPINION
› Por Agustín M. Romero*
Como era de prever, el Comité de Admisiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), encargado de estudiar la incorporación de nuevos Estados y hacer una recomendación sobre la propuesta presentada el 23 de septiembre pasado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para ser reconocido como Estado miembro pleno de dicha organización, no llegó a un consenso para decidir sobre esa iniciativa.
Es que los quince miembros del Consejo siguen divididos en tres grupos con respecto a esa propuesta. Entre los países que votarían a favor están Brasil, India, Líbano, Sudáfrica, Rusia y China y, entre los que se abstendrían, aparecen Alemania, Portugal y Colombia. En una posición distinta están Nigeria, Gabón y Bosnia-Herzegovina, ya que ni siquiera a nivel interno han alcanzado una posición con respecto al tema palestino. Sólo por tomar un ejemplo, en Bosnia-Herzegovina se da una situación muy particular. Es que, por un lado, está interesada en ser incorporada a la Unión Europea y busca seguir la posición europea en relación con esta votación y, por el otro, tras la guerra de 1992 a 1995 se acordó que la presidencia de ese país sería compartida por los líderes de las comunidades musulmana, croata y serbia, y estas divisiones étnicas se ven reflejadas en el tema palestino. Finalmente, Washington, que está dispuesto a usar su poder de veto en el caso de que se llegue a conseguir los nueve votos necesarios para aceptar a Palestina como el estado 194 de la organización, no llegaría a usarlo porque hasta ahora son sólo ocho los miembros que estarían apoyando el pedido de la ANP.
Un elemento adicional que podría traer mayor tensión a la hora de tratar el tema palestino en el Consejo de Seguridad deriva del reciente ingreso de Palestina a la Unesco, ya que podría generar el pedido de aceptación de los palestinos en otros 16 organismos internacionales como, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones y la Agencia Internacional para la Energía Atómica. Así se podría trabar también el andamiaje financiero de esos órganos.
Una de las posibles consecuencias del rechazo al ingreso de Palestina en la ONU por parte del Consejo de Seguridad podría ser la renuncia de Abbas, la disolución de la Autoridad Palestina en protesta por el fracaso a su planteamiento o incluso, el inicio de acciones populares y violentas. En consecuencia, la próxima jugada más realista por parte de la ANP podría ser llevar al seno de la Asamblea General de la ONU el tema de su membresía y al no haber derecho a veto los palestinos podrían rápidamente conseguir los dos tercios necesarios para elevar su status al de Estado no miembro de la ONU. Es que Palestina cumple sólo algunos de los requisitos que marca la Carta de Naciones Unidas para los posibles nuevos miembros del organismo como, por ejemplo, una población permanente y un territorio definido. Hay un fuerte debate sobre si las autoridades palestinas tienen un control total sobre su territorio, si Palestina es un país defensor de la paz o sobre si es capaz de mantener relaciones internacionales con otros países.
* Profesor de Política Exterior Argentina en la carrera de Ciencia Política en la UBA y en Relaciones Internacionales en la UB.
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