Mar 15.11.2011

EL MUNDO  › EN GRECIA APURAN LAS MEDIDAS

El garrote de Papademos

› Por Eduardo Febbro

Desde Atenas

Lucas Papademos esbozó un panorama catastrófico con una cifra como prueba: el déficit presupuestario griego llegará al 9 por ciento del PIB hacia finales de año. En su primer discurso ante el Parlamento antes de someterse a un voto de confianza ya ganado, el nuevo primer ministro griego ubicó sus fichas más allá de las elecciones del próximo mes de febrero. Con acentos de bombero que pide más agua para apagar el incendio, el ex vicepresidente del Banco Central Europeo reiteró la necesidad de que se lleven a cabo rápidas reformas estructurales, aseguró que las privatizaciones no se detendrán, denunció a quienes gobernaron hasta ahora, dijo que la situación del país era crítica y, por último, aseguró que la tarea que tiene por delante requiere mucho más tiempo que los cien días que lo separan de las cada vez más improbables elecciones de febrero. Papademos aclaró ante los parlamentarios que su objetivo prioritario seguía siendo obtener el sexto segmento de 8000 millones de euros correspondiente al primer plan de rescate destinado a Grecia y llevar a buen puerto las conversaciones con la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Unión Europea) destinadas a obtener un nuevo rescate por un monto de 130.000 millones de euros. En este contexto, Papademos aseguró que su gobierno de unidad nacional –hasta hay ministros de la extrema derecha con pasado paramilitar– respetará al pie de la letra los compromisos contraídos con los acreedores a fin de que Grecia no pierda la ayuda internacional. “Si estas decisiones se aplican y se toman las medidas que van con ellas, Grecia puede mirar al futuro con confianza.” El debate parlamentario no encierra sorpresas. Papademos está apoyado por una coalición sui generis compuesta por socialdemócratas –Pasok–, conservadores –Nueva Democracia– y la ultraderecha del partido Laos. Queda no obstante una ambigüedad que surgió con el programa económico que presentó el primer ministro: los conservadores pusieron límites a las ambiciones reformistas de Papademos. El líder del partido Nueva Democracia, Antonis Samaras, advirtió que no dará su apoyo a otro aluvión de medidas de austeridad. Samaras opinó incluso que la política exigida por la Unión Europea y el FMI deberían modificarse. El líder conservador aseguró además que, contrariamente a lo que se había anunciado la semana pasada, no firmará ningún programa ni carta de compromiso que implique la aceptación de las medidas de austeridad y recortes sociales que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional exigen a cambio de un nuevo plan de rescate. Incluso si la opinión pública griega respalda en un 60 por ciento la llegada de Papademos a la cabeza del Ejecutivo, resulta obvio que el programa de látigo social que trae en su valija puede tener consecuencias electorales nefastas en las futuras elecciones. En este sentido, Samaras declaró que el Ejecutivo actual “no es un gobierno de coalición” porque no hay “objetivos políticos en común”.

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