Mié 16.11.2011

EL MUNDO  › EL PREMIER DESIGNADO DE ITALIA BUSCA APOYOS

Un gabinete para Monti

Monti se reunió con los responsables del partido berlusconiano Pueblo de la Libertad y del Partido Democrático de centroizquierda. Ambos dieron a entender que no aportarán ministros.

› Por Elena Llorente

Desde Roma

Mientras el país se pregunta ansioso quiénes serán los integrantes del nuevo gabinete que muy posiblemente se dará a conocer hoy, y el primer ministro designado, Mario Monti, concluía ayer los encuentros previstos para tratar de conseguir el máximo apoyo político posible, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, hacía un elogioso discurso sobre los inmigrantes, asegurando que sin ellos Italia tendría más dificultades de las que tiene para afrontar sus deudas.

Monti se encontró esta mañana con los responsables de los dos principales partidos, el berlusconiano Pueblo de la Libertad y el centroizquierda nucleado en el Partido Democrático. Ambos le reiteraron su apoyo, pero dieron a entender que no participarán con ministros de sus partidos, negando algunos trascendidos que hablaban de esa posibilidad. Del encuentro con los empresarios surgió el visto bueno a una eventual tasa a los grandes patrimonios, “siempre que eso sirva para reactivar la economía”, dijeron. Los sindicatos, por su parte, pidieron un nuevo pacto social entre empresarios, trabajadores y gobierno, para que, subrayaron, sea bien claro el camino por recorrer. La Bolsa de Valores, de su lado, continuó con altibajos, cerrando en negativo (-1,8 por ciento), mientras la brecha entre los títulos de Estado alemanes y los italianos aumentaba vertiginosamente a 530 puntos. Esto hizo que los intereses de los bonos italianos superaran el 7 por ciento. El mensaje a Monti fue claro: forme el gobierno de una buena vez.

“Sin la contribución de los inmigrantes a la economía de nuestro país, el peso de la deuda pública sería más difícil de afrontar”, dijo el presidente al recibir a los nuevos ciudadanos italianos en el Quirinale ayer por la mañana y aludiendo a la deuda de 1,9 billón de euros, que ha puesto al país en la mira de la especulación internacional.

A los jóvenes venidos de todo el mundo y crecidos en Italia que este año recibieron la ciudadanía, Napolitano les dedicó un mensaje que hacía falta desde hace mucho tiempo de parte de un gobernante, en un país que fue emigrante por excelencia y que hoy a menudo trata mal a los que llegan. Figura clave y punto de referencia en todos estos meses de crisis en Italia, el presidente dijo que los inmigrantes “representan una energía vital de la que Italia tiene necesidad”. Y respondiendo a partidos como la Liga Norte, aliada de Berlusconi, racista y discriminadora hasta con los propios italianos del sur, el presidente agregó que “no entender la dimensión de este fenómeno, de cuánto es necesaria” la contribución de los inmigrantes, “significa no saber mirar la realidad”.

En Italia viven 4,5 millones de inmigrantes legales, según estimaciones de 2010. El tema de los inmigrantes, muchos de la ex Europa de Este y hoy de la Unión Europea, como los rumanos, y muchos otros de India, Bangladesh y el norte de Africa, pero también de América latina, ha sido siempre difícil en Europa. Y en épocas de crisis económicas como ahora, peor. Porque los locales piensan que vienen para sacarles el trabajo a ellos, cuando en realidad la gran mayoría trabaja en las tareas que los italianos no quieren o no pueden hacer, como las cosechas, la construcción, el cuidado de los ancianos. “Sin ellos, Italia no sólo sería más vieja, sino que tendría menos posibilidades de desarrollo”, dijo el presidente, que hizo referencia a otro tema candente en la sociedad italiana: la escasez de nacimientos. Italia tiene una tasa de natalidad que está entre las más bajas del mundo, en torno del 9 por 1000 habitantes por año, contra el casi 18/1000 de Argentina.

“Si nosotros queremos que los nietos y bisnietos de nuestro inmigrantes italianos en el exterior conserven una ligazón con Italia, no podemos pedir a quien es inmigrante en nuestro país que ignore sus propios orígenes”, subrayó el presidente dirigiéndose a quienes argumentan que los inmigrantes no quieren asimilarse. Viviendo aquí, lo importante es que respeten el idioma, los valores nacionales y los deberes cívicos, añadió el presidente.

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