Desde Roma

Es, como se esperaba, estrictamente técnico el gobierno italiano número 63 de la República Italiana nacida en 1948. Los doce ministros con portafolio y siete sin portafolio (contra los 23 del gobierno de Silvio Berlusconi) elegidos por el primer ministro Mario Monti son todos expertos, profesores, abogados, economistas. Entre los doce principales hay tres mujeres que ocuparán, por primera vez en la historia de Italia, ministerios importantes como el de Interior (Anna Maria Cancellieri), de Justicia (Paola Severino) y de Trabajo y Políticas Sociales (Elsa Fornero). Monti conservará para sí también el cargo de ministro de Economía.

La composición del nuevo gabinete fue anunciada ayer por el propio Monti luego de más de dos horas de coloquio privado con el presidente Giorgio Napolitano en el palacio presidencial del Quirinal. Dos horas fue un lapso más largo de lo que se esperaba. Pero Monti explicó que se requirió todo ese tiempo para explicar a Napolitano por qué había elegido, cada uno de ellos. El flamante primer ministro se declaró convencido de que Italia saldrá de este momento crítico y precisó que hoy, cuando el nuevo gobierno se presente en el Senado para ser aprobado, dará a conocer también el programa del que ayer no quiso anticipar nada a la prensa.

Probablemente mañana, Monti y sus ministros deberán pasar por el voto de la Cámara de Diputados, después de lo cual podrá finalmente ponerse a trabajar. ¿Pero el hecho de que no participen los políticos no podría ocasionarle problemas al nuevo gobierno? le preguntaron a Monti los periodistas en la breve rueda de prensa posterior al anuncio. “La no presencia de políticos ayudará, más que obstaculizar, al accionar del gobierno”, dijo Monti. Tratándose de un “momento extraordinario”, se espera que “gobernando bien podamos contribuir también a la tranquilidad entre las fuerzas políticas” que estaban bastante agitadas últimamente, precisó.

Sobre la eventual reacción de los mercados, Monti indicó que esperaba que la situación cambiara, sobre todo sabiendo “que hemos actuado en breve tiempo y con atención a la cualidad” de los integrantes del gobierno.

Pero los mercados no se manifestaron muy permeables al anuncio y la marcha de la Bolsa, que cerró al menos en positivo, no dio el gran paso adelante que muchos esperaban

. “Estamos seguros de lo que hemos hecho. Hemos recibido muchas señales de aliento de parte de nuestros colegas europeos y del mundo en este sentido. Confío en que esto se traducirá en una mayor tranquilidad de los mercados respecto de nuestro país”, concluyó.

La ira de la Liga Norte, único partido que desde el principio dijo que en el Parlamento votará contra el nuevo gobierno, se hizo rápidamente sentir porque de-sapareció el Ministerio del Federalismo, creado por Berlusconi y del que era titular el diputado Roberto Calderoli, famoso por sus remeras antimusulmanas y su racismo.

En efecto, esa cartera quedó englobada en el ministerio sin portafolio de la Cohesión Territorial que, según Calderoli, es como decir “centralismo”, lo contrario del federalismo que ellos dicen perseguir.

“Me sentiré muy feliz de votar contra este gobierno”, comentó Calderoli.

Entre los nuevos ministros se destaca el de Asuntos Exteriores, hasta hoy embajador italiano en Washington, Giulio Terzi. Pero dos nombres provenientes del directorio de un importante banco italiano, Intesa San Paolo, han despertado la curiosidad de algunos. Se trata de Corrado Passera, ministro de Desarrollo y de las Infraestructuras, y de Elsa Fornero, nombrada ministra del Trabajo. Fornero es profesora de Economía de la Universidad de Turín, además de ser considerada una experta en materia de cuestiones laborales. En el banco se desempeñaba como vicepresidente del Consejo de Vigilancia.

Ambos, claramente, han renunciado a esos cargos. Passera, recibido en la Universidad Bocconi, de la que era rector Monti, consiguió un master en Administración de Empresas en Estados Unidos. Antes de llegar al San Paolo pasó por grandes empresas italianas, como la Editorial Mondadori.

La nueva ministra del Interior, licenciada en Ciencias Políticas, es conocida como la “lady de hierro” por el trabajo de prefecto (representante del Ministerio del Interior en las provincias) en varias ciudades del norte de Italia e interventora en la ciudad de Bolonia. La ministra de Justicia, Paola Severino, es una reconocida abogada penalista y profesora de una prestigiosa universidad privada de Roma, la Luiss Guido Carli.

Según la revista especializada del Instituto de Asuntos Internacionales, el nuevo gobierno “abre a Italia nuevas perspectivas para salir de la crisis”, pero al mismo tiempo “deberá defender y relanzar el rol del país en Europa”.