Jue 03.04.2003

EL MUNDO  › OTRO ATAQUE ANGLOAMERICANO LLOVIO SOBRE BLANCOS CIVILES EN LA CAPITAL DE IRAK

Cuando la muerte merodea los nacimientos

Mientras las fuerzas angloamericanas afirmaban hallarse a 30 kilómetros de Bagdad, un bombardeo de su aviación impactó en una maternidad de la Media Luna Roja en Bagdad. Habría un muerto y 10 heridos, y una mujer sufrió un aborto natural. Pero pudo haber sido una masacre de no ser porque el lugar estaba cerrado desde la mañana.

Una maternidad de la Media Luna Roja iraquí, ubicada en el céntrico barrio de Mansur, en Bagdad, recibió los impactos de los bombardeos anglonorteamericanos. Podría haber sido una masacre de no ser porque el lugar estaba cerrado a las 10 de la mañana local, aunque había 15 mujeres que esperaban en la entrada para realizarse exámenes, según informó el médico Mohamed Ibrahim. Víctima del miedo, una de las mujeres sufrió un aborto natural, mientras 10 personas, entre mujeres, niños y personal del hospital resultaron heridas. Un policía en el lugar indicó que un ocupante de un vehículo murió en el acto y que otro fue herido de gravedad y su coche quedó destruido. La cadena de televisión árabe Al Jazeera informó que el incidente causó “varias muertes y decenas de heridos”.
La maternidad, como muchos establecimientos médicos en la capital iraquí, fue cerrada al comenzar la guerra como medida de precaución. Sólo el sector de urgencias funciona normalmente. Los bombardeos tenían como objetivo la feria internacional de Bagdad, según dijeron testigos, y no el que fatalmente resultó ser uno de los tres hospitales que dirige la Media Luna Roja. El bombardeo destruyó totalmente varios pabellones de la feria internacional, que está frente a la maternidad. Un comercio de flores y una farmacia, a la entrada de la clínica también fueron destruidos y al hombre que trabajaba en el puesto de flores tuvieron que amputarle una pierna, según contó Ali Abdel Halim, un empleado de la maternidad. El comando central estadounidense (Centcom) indicó anoche que investigaba ese bombardeo. Su comunicado sonó de una asepsia dudosa: “Las fuerzas (angloamericanas) sólo apuntan hacia objetivos militares legítimos y realizan importantes esfuerzos para minimizar las víctimas civiles y los daños a las instalaciones civiles”. Al Jazeera difundió imágenes desde Bagdad donde se podía ver a hombres que mostraban trozos de metal de lo que aseguraban era un misil estadounidense.
Y ésta no es la única facilidad médica dañada. El único hospital de Um Qasr atraviesa una escena calamitosa: ancianas encorvadas, bebés en llanto, mujeres embarazadas, hombres desquiciados están a la espera de ser atendidos, donde dos médicos solamente se desviven por atender a más de 200 pacientes diarios que reciben. “Hace tres días que no recibimos un litro de agua. ¿Cuándo se ha visto un hospital sin agua? Los estadounidenses y los británicos me lo habían prometido”, repitió consternado el doctor Mohammed Al Mansoury, director del centro. En los primeros días de la ofensiva, cinco personas murieron y 30 fueron atendidas con heridas de diversa gravedad en este centro médico de 120 camas. “Al menos dos de las personas que fallecieron esperaron todavía en vida durante más de seis horas una ambulancia, pero los soldados no las dejaban circular”, recordó el responsable médico.
En aquel momento, cinco doctores atendían las emergencias en el hospital. Uno de ellos tuvo que marcharse por un problema familiar y los otros dos debieron desplazarse a Basora, escenario de enfrentamientos entre resistencia y tropas iraquíes desde hace varios días.
Semanas antes de iniciada la Operación Libertad Iraquí, el hospital de Um Qasr tenía pediatra, ginecólogo y sala de operaciones. Actualmente, el “doctor Mohammed” como lo llaman sus pacientes, hace malabares para atender a todos los enfermos que llegan al hospital. “Además de las enfermedades de siempre, ha habido más problemas cardíacos debido al miedo y los nervios, y sobre todo diarreas y tifus en personas que bebieron agua sucia o estancada”, explicó el doctor Al Mansoury. A pesar de tener almacenado medicamento para “dos o tres meses”, el doctor observó preocupado la progresiva llegada a la ciudad de decenas de iraquíes, muchos de ellos enfermos, procedentes de Safwan, Al Zubair o Basora, localidades situadas varios kilómetros al norte, donde hay menos seguridad y la ayuda humanitaria tardará más en llegar.
Amnistía Internacional (AI) expresó nuevamente su preocupación por el uso de bombas de fragmentación por parte de las fuerzas estadounidenses, que mataron anteayer a 33 civiles, entre ellos varios niños, y provocaron más de 300 heridos en la ciudad Al Hillá, al sur de Bagdad. A su vez, losmiembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) descubrieron en esa localidad decenas de cadáveres de víctimas de la guerra, así como cientos de heridos, informó ayer la organización en Ginebra, que se manifestó preocupada por la situación en Nayaf, Kerbala y Nasiriya.
Las autoridades iraquíes informaron sobre decenas de muertos civiles y centenares de heridos durante los bombardeos. Los ataques destruyeron decenas de edificios oficiales en Bagdad, casas particulares, y dos centrales telefónicas. Al menos 633 civiles muertos y unos 4.700 heridos son el balance oficial iraquí desde el comienzo de la ofensiva que lleva 13 días.

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