Lunes, 9 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL GOBIERNO DE ASSAD EXIGIó UN COMPROMISO POR ESCRITO DE LA OPOSICIóN PARA INICIAR EL REPLIEGUE MILITAR
Mañana, 10 de abril, es la fecha límite que tiene el gobierno de Damasco para aplicar el plan de la ONU. Pero en las últimas horas parece que Assad busca dilatar el asunto. Kofi Annan dijo que la violencia que se registra es inaceptable.
Un mar de dudas rodea al acuerdo de paz impulsado en Siria por Naciones Unidas (ONU). En ese tire y afloje volcado en la mesa de negociación desde hace meses, el gobierno de Bashar Al Assad exigió un compromiso por escrito de la oposición para iniciar el retiro de tropas de las ciudades que se encuentran bajo dominio de su régimen. De este modo, el Ejecutivo sirio aumentó la incertidumbre sobre un problema de difícil resolución, pues aún no se sabe si finalmente cumplirá o no con su parte, de cara al plan presentando por Kofi Annan, enviado de la ONU y la Liga Arabe para destrabar el conflicto armado. En su cumpleaños 73, el funcionario ganés manifestó ayer que la escalada que se registra es inaceptable. Asimismo, se mostró conmocionado y exhortó a Damasco a finalizar la violencia en las calles. La posición oficial, expresada en un comunicado por la cancillería, impuso de ese modo un nuevo condicionamiento al cese del fuego. Pese a que había sido aceptado por Damasco, el acuerdo –aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU– fue considerado como la última chance para que el gobierno detenga la sangría en Siria. La oposición, en tanto, había advertido que cualquier plan de paz debía contar con pautas que impidan al gobierno ganar tiempo para continuar la represión de civiles.
Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que el sábado informó sobre la muerte de al menos 128 personas (86 de ellas civiles), la violencia se intensificó por todo el país en los últimos días. Las fuerzas de seguridad seguían atacando ayer bastiones rebeldes, luchando contra los desertores y efectuando operaciones en las provincias de Damasco, Idlib (noroeste), Alepo (norte), Deir Ezzor (este), Deraa (sur) Homs y Hama (centro), dijo el OSDH. El observatorio indicó que murieron al menos 51 personas y que unas 200 fueron arrestadas en los allanamientos efectuados ayer en diversos puntos del país. Las fuerzas rebeldes también informaron sobre combates. “El ejército está bombardeando Al Rouge con tanques y helicópteros que disparan misiles sobre Al Bashiriya. Decenas de personas murieron o resultaron heridas”, manifestó el vocero opositor, Mahmud Ali. El portavoz sostuvo que la intensidad del bombardeo hizo imposible acceder a la zona para asistir a los heridos o conocer a ciencia cierta cuál fue la cantidad de muertos.
“Decir que Siria va a retirar sus fuerzas de las ciudades el 10 de abril es inexacto, Kofi Annan no ha presentado aún garantías escritas de que los grupos terroristas armados vayan a detener cualquier forma de violencia”, destacó el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio.
“Annan tampoco presentó compromisos escritos de los gobiernos de Qatar, de Arabia Saudita y de Turquía (países sospechados de apoyar a los rebeldes en los últimos meses) sobre el cese de su financiación a grupos terroristas”, agregó el ministerio y dejó ver su disposición a continuar cooperando con el enviado de la Liga Arabe y la ONU. Por su parte, el vocero de la cancillería francesa, Bernard Valero, deploró la dilación de las negociaciones por parte del gobierno. “Después de que el régimen de Bashar Al Assad anunciara que aceptaba el plan de Kofi Annan y propuso el 10 de abril como fecha para retirar sus tropas y sus armas pesadas de los centros urbanos, ahora formula nuevas exigencias inaceptables”, dijo.
El plan de una salida a la crisis consensuada entre el gobierno y la oposición presentado por Annan fue aceptado por Damasco el 2 de abril y la ONU lo ratificó el jueves pasado: prevé la retirada del ejército de las ciudades que ocupa –ultimátum que vence mañana por la mañana– para que se abandonen las armas y se finalice con la violencia en un plazo no mayor a las 48 horas.
A fines de diciembre, la Liga Arabe había instruido a sus observadores para que supervisaran la aplicación de otro plan de salida a la crisis, pero tuvieron que limitarse a monitorear el recrudecimiento de la violencia. El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, llamó ayer al Consejo de Seguridad de la ONU a intervenir urgentemente para poner fin a la catástrofe humanitaria provocada por el régimen en contra del pueblo sirio desarmado, “adoptando una resolución vinculante bajo el artículo 7 para garantizar la defensa de civiles”, pidió en un comunicado.
La oposición siria, considerada por el régimen como grupos terroristas armados, también se mostró escéptica sobre las intenciones de Al Assad. “Siria no va a repetir lo que ocurrió durante la presencia de los observadores árabes, cuando las fuerzas armadas salieron de las ciudades, lo cual permitió a los grupos terroristas armados reorganizarse y rearmarse para controlar barrios enteros”, se insistió en el texto. “Creer en las promesas de este régimen salvaje es permitirle avanzar en su plan criminal para destrozar a Siria y causar un baño de sangre en el país”, agregó el CNS.
Ante el masivo éxodo de sirios que buscan la frontera para huir de los bombardeos, Turquía (que alberga a más de 24.500 refugiados) amenazó con tomar medidas en caso de que Damasco no ponga fin a la violencia mañana. Desde Roma, el papa Benedicto XVI rezó por el cese del derramamiento de sangre en Siria. El OSDH señaló que ya murieron más de 10.000 personas desde el inicio de la revuelta contra el régimen, en marzo de 2011.
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