En un contexto de recesión y palpitando la contienda electoral como un referéndum sobre el ajuste, los griegos eligen hoy un nuevo gobierno. Los últimos sondeos indican que los conservadores son los favoritos a ganar los comicios, seguidos por los socialdemócratas.

Las elecciones legislativas –las primeras desde el estallido de la crisis en 2009– son producto de la caída del gobierno socialista del ex premier Giorgos Papandreu en noviembre pasado, en medio de protestas contra las medidas de austeridad impuestas para recibir ayuda financiera de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y evitar un default del país. Ese mismo mes, la jefatura de gobierno fue asumida de manera interina por Lucas Papademos, un economista visto como un tecnócrata impuesto por los mercados para garantizar la implementación de los ajustes aprobados en la era Papandreu.

El nuevo gobierno profundizó la crisis y no evitó que Grecia reciba este año su segundo salvataje financiero desde 2010. El rechazo ciudadano a esas medidas erosionó a las fuerzas políticas griegas más tradicionales, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y el conservador Nueva Democracia (ND), que se vieron obligados a pactar una incómoda alianza para respaldar a Papademos y sus recortes y aprobar el segundo rescate externo. Durante la campaña, el líder de ND, Antonis Samaras, prometió cambiar todo y centrarse en el crecimiento económico además de otorgar ayudas sociales y rebajar impuestos.

Las últimas encuestas vaticinaron que ninguna de esas dos agrupaciones logrará por sí sola la mayoría para formar gobierno y que una buena parte del electorado se inclinará por partidos nuevos. Paradójicamente, tanto la extrema derecha como la ultraizquierda propugnan el divorcio de la UE y el freno a las medidas de ajustes.

Un total de 9,8 millones de electores griegos están hoy llamados a votar.

Los sondeos prevén que entre siete y diez formaciones políticas entren al Parlamento griego y se vislumbra que parte del electorado griego volverá la mirada hacia la extrema derecha, cuyo representante más acabado es el partido Amanecer Dorado –liderado por un ex militar–, que podría entrar por primera vez al Parlamento con más del 5 por ciento de los votos, es decir, que se podría quedar con 15 diputados en un Parlamento de 300 escaños.

El líder socialdemócrata del Pasok, Evangelos Venizelos, en esta última semana de campaña electoral llamó a evitar que el neonazismo entre al Parlamento saludando con el brazo en alto como lo hacían los nacionalsocialistas alemanes, en declaraciones reproducidas por la cadena televisiva Euro News.

Amanecer Dorado, que entre otras cosas impulsa una Grecia sin extranjeros, se destacó por su oposición a las medidas de ajuste, lo que parece encaminarlo a llegar por primera vez al Poder Legislativo. Entre los 32 partidos y movimientos presentados ante el Tribunal Supremo y reconocidos para esta jornada, son cinco los grupos con fuerza en la derecha griega, además del tradicional partido conservador Nueva Democracia y Amanecer Dorado. El panorama conservador se completa con la Concentración Popular Ortodoxa, conocida por sus iniciales griegas LAOS, los Griegos Independientes liderados por Panos Kamenos y la Alianza Democrática, liderada por Dora Bakoyani. En tanto en la izquierda helena hasta ahora sólo dos partidos tuvieron representación en el Parlamento griego, la Coalición Radical de la Izquierda Syriza, liderada por Alexis Tsipras, y el Partido Comunista de Grecia, conocido por sus iniciales KKE.

A ellos se agregan el Partido de la Izquierda democrática, desprendimiento de diputados de Syriza, mostrándose el Partido Comunista griego como el más comunista de toda Europa que sigue siendo marxista y leninista.

Según el Ministerio del Interior griego, los primeros resultados fiables se conocerán cerca de las 23. Papademos destacó esta semana que las elecciones determinarán el futuro de Grecia para las décadas por venir y llamó a que el debate comicial se enfoque en entender la realidad.

“Confío en que las decisiones de los ciudadanos verán hacia el futuro y no al pasado”, señaló el primer ministro en la última reunión de gabinete.