EL MUNDO › HABLA GIANFRANCO PASQUINO, POLITóLOGO DE LA UNIVERSIDAD DE BOLONIA
El profesor afirma que la caída de Berlusconi creó un vacío peligroso y que la performance electoral del cómico Beppe Grillo representa un desafío para el país. Dice que el Partido Democrático es favorito para las elecciones de 2013.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
La situación electoral en Italia está todavía abierta porque en dos semanas se hará la segunda vuelta de las elecciones municipales que se efectuaron el pasado fin de semana. En Sicilia, incluso, los votos tienen que ser recontados por una mala interpretación de las normas electorales de parte de los que hacen el escrutinio. Pero lo que no deja dudas, sin embargo, es que estas elecciones han sido un verdadero tsunami para el centroderecha que en muchos casos ni siquiera consiguió votos suficientes como para pasar a la segunda vuelta.
Ahora se dice incluso que sectores del partido de Silvio Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), podrían cuestionar al primer ministro Mario Monti. Pese a que Monti es un gobierno de emergencia, se mantiene gracias al apoyo del PDL, del Partido Democrático (izquierda) y de la Unión de Centro (UDC) (ex democristianos) y un desequilibrio en ese apoyo podría significar, como mínimo, problemas en la aprobación por parte del Parlamento –que sigue funcionando– de las leyes necesarias para salir adelante.
Curiosamente, el partido tradicional que más airoso salió del acto electoral, el PD, dice que recibió el apoyo de gente muy desilusionada proveniente de otros sectores e interpretó este hecho a su vez, como una aprobación de su accionar junto al gobierno Monti. Por el contrario, algunos del PDL explican la derrota precisamente por el hecho de haber apoyado a Monti.
Página/12 conversó con el politólogo Gianfranco Pasquino, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia y de otras universidades de Estados Unidos y Europa.
–¿Cómo ve usted la situación, profesor Pasquino?
–Los italianos han manifestado su descontento en relación con la política y a los partidos. Pero saben distinguir entre estos partidos. El PDL está en vías de descomposición. Sin Berlusconi, no logra tener unidos a sus componentes ni entusiasmar a los electores.
–Usted habla de descontento. En este sentido, el nuevo Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo es la revelación de estas elecciones. Ha conseguido una cantidad de votos que ninguno se esperaba.
–Grillo y los grillistas representan a un sector de italianos que quiere verdaderamente que la casta de los políticos cambie y que la política cambie. A veces usan un lenguaje que es impolítico, insultante, ofensivo, exagerado. Pero han elegido temas importantes. Ellos dicen que hay que cambiar, que hay demasiadas caras viejas, demasiadas caras de corruptos, demasiadas caras que no entienden lo que está sucediendo. Grillo representa una crítica, pero también un desafío.
–En cuanto al centro derecha, Berlusconi habla de cambiar nombre del partido. ¿Puede eso influir?
–No creo que el cambio de nombre pueda hacer mucho. Berlusconi en todo caso está mandando otro mensaje, es decir que él esta en condiciones de hacer otro partido en cualquier momento. El problema del PDL no es el nombre del partido, sino de los políticos que están dentro. Hay gente capaz, pero demasiado anciana, tienen más de 70 años.
–Y encima se le agrega la desgracia en la que ha caído la Liga Norte, su antiguo aliado, que ha perdido muchos municipios...
–La Liga Norte está pagando el precio de todos sus entuertos (N. d. R: su líder Umberto Bossi debió renunciar por casos de corrupción dentro de su familia). Que en Verona haya sido reelegido un liguista, no significa que la gente lo haya votado por el partido, sino por lo que él ha hecho.
–¿Qué me dice del centroizquierda? ¿Puede crecer todavía y ganar las elecciones parlamentarias el año que viene?
–El PD ha logrado mantenerse en estas elecciones, no le fue super bien, pero ciertamente mucho mejor que a los otros. El PD y sus aliados están en condiciones de ganar las elecciones parlamentarias del año que viene, no hay dudas. Pero claro, no sé por cuánto ganarán porque tienen problemas entre ellos.
–¿Qué debería hacer para resolver esos problemas?
–Tendrían necesidad de llegar a algunos acuerdos precisos con los aliados, sobre algunos puntos importantes. Pocas cosas, algunas prioridades, pero muy bien definidas. Y también deberían encontrar un líder. Pier Luigi Bersani (N. d. R.: secretario del PD) es un óptimo administrador. Ha sido un buen ministro, pero no es un líder que arrastra.
–¿Cómo ve a Italia en el contexto europeo ahora que el socialista François Hollande ha ganado en Francia?
–El estado de salud europeo ha tenido una leve mejoría. Hollande ha dicho que escuchará a Monti. Pero por el otro lado está la situación en Grecia. El resultado de las elecciones es muy triste. Tal vez sería necesario que Grecia fuera a un default piloteado. Es una situación muy complicada. En cuanto a nosotros, la situación está todavía en movimiento. Luego de la segunda vuelta, el PDL deberá demostrar que existe. Paradójicamente, su declinación puede crear inestabilidad y esto puede ser un elemento peligroso.
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