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› UN ATAQUE SUICIDA EN TEL AVIV CAUSO CUATRO MUERTOS Y DECENAS DE HERIDOS
Cadáveres a las puertas de la “paz”
El moderado Mahmud Abbas había asumido ayer como primer ministro palestino, anunciando que su gobierno lucharía contra el terrorismo. La respuesta no se hizo esperar, en la forma de un ataque kamikaze que dejó cuatro muertos.
El mensaje fue para el nuevo premier palestino Mahmud Abbas, la cara pacifista de la dirigencia palestina. Un atacante suicida detonó un explosivo que causó al menos cuatro muertos y 46 heridos, siete de ellos en estado muy grave, a la 1 de la madrugada local en Tel Aviv, a la entrada del café “Mike`s place”, cercano a la Embajada de Estados Unidos. El pub estaba lleno de gente en el momento del ataque, según dijeron testigos a la radio oficial israelí. El atentado se produjo unas horas después de que asumiera el gabinete del primer ministro Mahmud Abbas. En ese momento, el premier anunció ante el Consejo Legislativo, reunido en Ramalá, que uno de los primeros objetivos de su gobierno será luchar contra el terrorismo, controlar las milicias y confiscar las armas ilegales, “finalizando con el caos armado”, es decir, la Intifada. Las agrupaciones fundamentalistas Hamas y Yihad Islámica enseguida le respondieron su intención de no deponer las armas y continuar con la lucha armada. Abbas condenó el atentado, mientras las autoridades israelíes le pidieron que detenga el terrorismo.
Según informó la policía, un vigilante consiguió impedir la entrada del suicida en el café. El jefe de Policía de Tel Aviv, Iosi Sitbon, dijo que la carga explosiva causante de la tragedia era de tamaño mediano y que el atacante falleció a causa de la explosión. El café-bar se encuentra en la calle Herbert Samuel, en el paseo marítimo de Tel Aviv, cerca de la embajada de Estados Unidos. El local es muy popular entre los turistas extranjeros y está situado en una zona de entretenimiento donde abundan los restaurantes y salones de fiesta. Dos heridos se encontraban en estado crítico, cuatro en estado muy grave, y la mayor parte de las víctimas fueron jóvenes. Decenas de ambulancias evacuaron a las víctimas a los hospitales de Tel Aviv, Ijilov, Wolfson y Tel Hashomer. La policía cerró todo el sector cercano a la Embajada norteamericana y lo peinó para comprobar si no había más cargas.
“La prioridad absoluta del gabinete del primer ministro palestino Mahmud Abbas debe ser capaz de detener el terrorismo”, afirmó una fuente oficial israelí tras el atentado suicida. En su discurso, Abbas se comprometió a actuar contra “la anarquía” creada por los grupos armados palestinos e instó a Israel a reanudar las negociaciones de paz. Abbas advirtió a los grupos palestinos que sólo los miembros de las fuerzas palestinas de seguridad estarán autorizados a llevar armas. Pero el gobierno israelí de Ariel Sharon se mostró cauteloso y admitió que las acciones debieran corroborar las palabras del ministro. A su vez el premier palestino llamó al gobierno de Sharon a aceptar sin más dilaciones la aplicación de la “Hoja de Ruta”, la receta de pacificación impulsada por el Departamento de Estado.
“No hay lugar para armas, excepto las que están en manos del gobierno”, recalcó Abbas, conocido también por su nombre militar, Abu Mazen, en una alocución clara dirigida a las facciones radicalizadas. Abbas les advirtió que iba a desencadenar una operación para confiscarles las armas, poniendo fin de esta manera a un terrorismo que condenó de plano por ser opuesto a “nuestras tradiciones religiosas y morales” y porque estos métodos “más que apoyar nuestra causa justa, la destruyen”. Pero el discurso de Abu Mazen fue rechazado de manera automática por los partidos fundamentalistas Hamas y Yihad Islámica. “Su llamamiento es inaplicable, porque nuestras vidas están amenazadas por el enemigo sionista y lo más importante es defender nuestra tierra”, aseguró ayer Abdelaziz Rantisi, portavoz de Hamas, mientras Mohamed Al Hindi, en nombre de Yihad Islámica, sostuvo que las palabras de Abbas ponían en peligro la “unidad palestina”. No hubo grupo que se adjudicara el ataque de ayer.
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