EL MUNDO › EL OBJETIVO DE ESTIMULAR EL CREDITO Y REACTIVAR LA ECONOMIA DE LA ZONA EURO
Ante la ausencia de medidas más osadas, la primera respuesta a esta iniciativa se reflejó en las principales Bolsas del Viejo Continente, con estruendosas bajas que alcanzaron hasta casi el 3 por ciento, en el caso de España.
Con el objetivo de estimular el crédito y reactivar la economía de la Zona Euro, el Banco Central Europeo (BCE) disminuyó hasta llevar al 0,75 por ciento la tasa de interés básica. Esta medida se tomó dado que “el debilitamiento está alcanzando a países que no habían sufrido antes”, explicó ayer el titular del BCE, Mario Draghi. El discurso del funcionario italiano fue considerado de tono pesimista por los inversores y analistas, y la primera respuesta a esta iniciativa se reflejó en las principales bolsas del Viejo Continente, con estruendosas bajas que alcanzaron hasta casi el 3 por ciento, en el caso de España.
La Bolsa de Londres, por caso, fue la única que cerró en alza, con una mejora de 0,14 por ciento. Con números rojos operaron Francfort (-0,45 por ciento), París (-1,17 por ciento) y Milán (-2,03 por ciento). La decisión tomada ayer por el BCE, sumada a la tasa de entre 0 y 0,25 por ciento que mantiene la Reserva Federal de Estados Unidos desde hace varios años, hace que por primera vez en la historia los dos principales bloques económicos del mundo desarrollado ubiquen por debajo del 1 por ciento la tasa que regula el costo del dinero.
Asimismo, Draghi sostuvo que esta medida está tomada para ayudar a toda la Zona Euro y no a países específicos, de cara a la crisis financiera y económica que se abate sobre la región. El directivo italiano rechazó que la reducción de la tasa haya sido la última opción para el BCE y remarcó: “No tenemos la sensación de estar quedándonos sin opciones. Tenemos toda nuestra artillería preparada”. Durante la jornada, China, la locomotora en materia de crecimiento económico en el mundo, también recortó la tasa de interés que regula el costo del dinero al 6 por ciento y las de depósitos al 3 por ciento.
Por su parte, el Banco de Inglaterra no modificó sus tasas (0,5 por ciento), pero aumentó en 50 mil millones de libras (unos 62 mil millones de euros) su programa de estímulo económico, hasta un total de 375 mil millones de libras (465 mil millones de euros). La FED se reunirá nuevamente el 1º de agosto, cuando tendrá la posibilidad de evaluar los resultados del programa, para intercambiar bonos a corto plazo por otros a un plazo más largo.
Los analistas coinciden en que la Reserva Federal mantendrá dentro de los valores actuales (de entre 0 y 0,25 por ciento) la tasa básica de interés. En cuanto al BCE, por los dichos de Draghi, se espera una moderada recuperación para el resto del año, aunque hay factores que podrían frenar esa tendencia, como el alto desempleo en Europa. Al abaratamiento del dinero, que implica la reducción de la tasa de interés, se sumó la decisión de dejar de remunerar los depósitos de un día al pasar de 0,25 por ciento a 0,1 por ciento su tasa. La medida pretende hacer que los bancos muevan ahora los cerca de 800 mil millones de euros que tienen en depósitos de ese tipo.
No obstante las expectativas, la entidad no anunció todavía ninguna inyección de liquidez con vencimiento de largo plazo, ni otras medidas no convencionales para enfrentar la crisis. Un billón de euros es el monto que ya inyectó el BCE en dos oportunidades (diciembre y febrero pasados). “La circulación del crédito es débil”, admitió Draghi, para quien existen tres motivos por los cuales un banco no presta dinero: “Aversión al riesgo, falta de capital y falta de financiación. Nosotros sólo resolvimos la tercera, no las otras dos”. Además agregó que en este momento el crédito está guiado especialmente por demanda y si la demanda es baja, no habrá mucho crédito.
“Esta reducción de las tasas es en gran medida simbólica, en el marco económico actual”, dijo Jennifer McKeown, de la consultora Capital Economics. El economista jefe del Berenberg Bank, Holger Schmieding, afirmó que el recorte fue demasiado tímido y que la Zona Euro sigue de este modo expuesta a borrascas financieras. “¿Nos estamos encaminando hacia un verano tormentoso?”, se preguntó el banquero. “El BCE recorta sus tasas, pero se niega a hacer cualquier otra cosa para enfrentar la crisis de confianza en la Eurozona. No anunció nuevas inyecciones de liquidez ni emitió señales de que podría volver a intervenir en el mercado de la deuda para quebrar el ciclo de temores que se está tragando a España e Italia”, comentó Schmieding.
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