Sáb 10.05.2003

EL MUNDO  › EE.UU, GRAN BRETAÑA Y ESPAÑA PRESENTARON SU PROYECTO A LA ONU

Un ocupado a la medida del ocupante

Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos lideró la presentación de un borrador sobre Irak que propone terminar con las sanciones comerciales a ese país y les otorga la administración política y económica a las asumidas “potencias ocupantes”.

Una nueva rueda diplomática comenzó ayer en torno del futuro de Irak. Estados Unidos, Gran Bretaña y España presentaron un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de ONU a puertas cerradas para poner fin a 12 años de sanciones comerciales a Bagdad, en el que Washington y Londres piden el control de los asuntos políticos y económicos del país por un año –y renovable cada año–, restringiendo a Naciones Unidas a labores de asesoría y coordinación. Estados Unidos reconoció sus obligaciones como potencia ocupante, que se derivan del derecho internacional, lo que implica el respeto a las convenciones de Ginebra de 1949. Francia y Rusia, naciones que se opusieron a la ofensiva en Irak y son miembros permanentes del Consejo con poder de veto, reiteraron ayer que la ONU debe desempeñar un “papel central” en la reconstrucción de Irak.
La propuesta de ayer fue presentada formalmente a los otros miembros del Consejo en Nueva York por el embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte. “Pensamos que este proyecto de resolución merece el apoyo del Consejo y tenemos la impresión de que el resto de las delegaciones quieren abordar este tema con un espíritu constructivo y pragmático”, manifestó Negroponte. El borrador prevé que “las potencias ocupantes” tutelen las ventas del petróleo de Irak, segundo país del mundo en reservas, cuyos ingresos irían a un Fondo de Asistencia para financiar la reconstrucción del país, mientras que el programa humanitario “Petróleo por Alimentos” –establecido en 1996– finalizaría en unos cuatro meses.
Ese Fondo estaría bajo la autoridad de Estados Unidos y Gran Bretaña “en consulta con la autoridad interina iraquí” –vale decir, la que Estados Unidos y Gran Bretaña pongan–. Además, representantes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y Naciones Unidas integrarían un consejo asesor independiente que se encargaría de supervisar los manejos financieros de ese fondo.
El texto propone también recortar del 25 al 5 por ciento la proporción de las ventas de petróleo iraquí destinadas a compensar a Kuwait por la invasión de agosto de 1990 y los siete meses de ocupación posterior. “El dinero se gastará en los iraquíes”, pero “el pueblo iraquí aún no está en condiciones de atender todos estos aspectos”, advirtió por su parte el embajador británico Jeremy Greenstock tras la primera reunión a puertas cerradas. Greenstock agregó que el proyecto aspira a “sentar las bases del próximo período de Irak”.
Aunque su posición se opone a la estadounidense, Jacques Chirac aseguró que Francia afrontaba “con espíritu abierto y constructivo” la discusión en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el proyecto de resolución para Irak. En tanto el canciller alemán, Gerhard Schroeder, señaló que hay que “buscar soluciones pragmáticas” en las negociaciones en el marco de la ONU. Por su parte, Rusia ha dicho hasta la fecha que el levantamiento de las sanciones debía seguir al regreso de los inspectores de la ONU y la certificación de que Irak carece de armas de destrucción masiva. Pero el borrador no contempla ningún papel para los inspectores de desarme, tal y como explicó Negroponte: “En este momento nosotros hemos asumido la responsabilidad de las inspecciones”. Según explicó el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, la inseguridad en Irak impide el pronto regreso de los “inspectores internacionales”. De acuerdo con este proyecto de resolución, Naciones Unidas tendrá un rol de coordinador, ya que “trabajaría con las autoridades y la población iraquí para la restauración y establecimiento de instituciones nacionales y locales para el gobierno representativo”.
Por otro lado, el proyecto anglonorteamericano reconoce formalmente sus obligaciones bajo la Convención de Ginebra como potencia ocupante en Irak. La Convención de Ginebra señala la responsabilidad de la fuerza ocupante de proteger a los civiles y tratar a los prisioneros de guerra en forma humanitaria, lo cual tendría incidencia en el campo de Um Qasr, dondeactualmente se concentran los cautivos iraquíes del Ejército norteamericano.
El proyecto llama también a los estados miembros de la ONU a negar asilo a ex miembros del régimen de Saddam Hussein y a tomar medidas para lograr la recuperación de los objetos saqueados del museo nacional iraquí durante la caída de Bagdad. Esta fue la presentación. Ahora el Consejo prevé un nuevo encuentro el miércoles próximo para seguir la discusión.

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